El equipo no es regular y los últimos resultados no fueron favorables. Por eso, el presidente del club y dos dirigentes de alto rango aparecieron en los medios para recordar que en junio del año próximo tienen la potestad de rescindir el contrato del entrenador. ¿Esto pasó en Racing, que está en una pésima campaña, o en River, que gastó millones en refuerzos y el equipo nunca funcionó? Nada de eso, los que salieron a hablar fueron Daniel Ángelici, Presidente de Boca, el protesorero Marcelo London, y César Martucci, que ocupa uno de los cargos de vocal.
¿Cuáles fueron sus declaraciones? En resumen, recordaron la gloria que Carlos Bianchi le dio al club, pero para quien sepa leer entrelíneas –algo no tan complicado en este caso particular- dejaron entrever que el ciclo del Virrey también está directamente relacionado a los resultados, aunque él tiene el beneficio de la paciencia. Lo llamativo es que todo este bombardeo mediático desestabilizador cae en una semana importante para Boca, en la cual se puede despedir definitivamente del campeonato si pierde ante All Boys, pero también puede quedar como líder junto a San Lorenzo y Newell’s si ninguno de los que están arriba en la tabla suma de a tres.
Por eso es paradójica tanta rispidez, porque aunque el Xeneize no juega bien, ya tampoco lo hace Newell’s, que hace seis meses maravilló a un país entero con su estilo y en esta parte del torneo sólo San Lorenzo tiene varios pasajes de buen juego que lo catapultaron a la cima de la tabla. No obstante, los dirigentes dieron rienda suelta a una polémica que se potenciará este viernes en la conferencia de prensa, cuando aquellos que son enviados a “buscar títulos” dejarán el juego en segundo plano y buscarán una respuesta de Bianchi ante tanto condicionamiento dirigencial.
Así como Riquelme dijo una y otra vez que lo que Bianchi dice en el vestuario luego sucede en los partidos, el 10 también llamó al DT en febrero para decirle: “Suframos juntos”, y esta vez fue él quien se anticipó a la jugada del presidente y salió al cruce con una frase contundente: “Bianchi debería dirigir ocho años más”. Claro, el capitán del equipo tampoco está a salvo de los cuestionamientos pero como el tiempo va erosionando sus músculos, los encargados de la política del club decidieron que aún no es momento de descargar su artillería contra el último ídolo en vigencia.
Angelici y sus secuaces podrán defenderse con las demagógicas y trilladas frases de apoyo y confianza al entrenador. Pero así como esquivan los micrófonos cuando un tema los incomoda, esta vez dejaron ver sus intenciones y el daño colateral de sus acciones es la inoculación de la duda en los hinchas. Si bien éstos tienen memoria y nunca insultarán al glorioso entrenador ni al capitán de las conquistas más épicas, si los resultados no llegan se adentrarán en el círculo vicioso de las urgencias de un fútbol histérico y echarán a perder la última combinación del mejor técnico y el mejor jugador de la historia del club.
Fuente: Clarín