En apenas un año, los precios de las piletas, los aires acondicionados y los ventiladores se encarecieron notablemente. Hay aumentos que superan el 50% y artículos que cuestan la mitad de un sueldo mínimo, o incluso más
Mes tras mes, los bolsillos de los argentinos se derriten frente a una inflación que no cede y que el Gobierno es incapaz de controlar adecuadamente. Así, con la carne y el pan por las nubes y con un aumento inminente en las tarifas de servicios públicos (ver página 4), las expectativas para lo que viene son cada vez peores. Y no sorprende que en este verano, sobrevivir al calor en la ciudad también se conviertirá en un problema para las economías familiares.
Basta con revisar un poco los precios en las tiendas comerciales para dar cuenta de que la temporada estival será más complicada de afrontar que en años anteriores: según un relevamiento hecho por Hoy, un aire acondicionado split de 2.500 frigorías (frío-calor) que en 2012 costaba $ 3.535 ya se consigue a $ 4.000.
Algo parecido sucede con el ventilador de pie de 16 pulgadas, que el año pasado se pagaban $ 414 y actualmente valen cerca de $ 500. Todo esto, claro está, sin contar el precio de instalación que requiere cada uno de estos electrodomésticos hogareños, lo que también representa un sacudón importante para los esquilmados bolsillos de los trabajadores y las familias menos pudientes.
Subas sin techo
Sin embargo, los artículos que más sintieron el golpe de la espiral inflacionaria en los supermercados y las cadenas de electrodomésticos fueron el ventilador de techo de cuatro palas, que pasó de $379 a $579 (registrando un 52% de aumento) y la pileta de lona de 1,90 por 2,90 mts., que se encareció un 55% (en 2012 su valor era de $ 899, mientras que hoy cuesta $ 1.399).
Esto no es todo. Los números son todavía más alarmantes si se consideran los precios de 2011, que están totalmente alejados de la realidad cotidiana. Justamente, hace apenas dos años, una pileta inflable de 3,05 mts. por 76 cm. se pagaba a $ 679, pero hoy el gasto será mucho más elevado, ya que su valor actual es de 900 o incluso más, según el comercio.
En definitiva, las comparaciones interanuales no hacen más que dejar al descubierto el descontrol económico de parte del Gobierno, algo que se traduce también en las muy castigadas cuentas hogareñas. Por tal motivo, las variantes para sobrevivir al calor de manera casera -sin tener que gastar en un viaje a la Costa Atlántica- se transformaron en otro inconveniente más para aquellos que quieran disfrutar tranquilos sus vacaciones de verano.
“Todo esto lo vamos a seguir padeciendo año a año”
Consultado por Hoy sobre los incrementos en los artículos para el hogar más consumidos en pleno verano, el titular de la Unión de Consumidores Argentinos (UCA), Fernando Blanco Muiño (foto) aseguró que “la instalación de los equipos de aire acondicionado tiene un costo adicional. Y eso sigue en la lógica de la inflación que vivimos, que es alrededor del 25%”.
Según Blanco Muiño, “la inflación distorsiona todas las variables económicas y no hay valores de referencia. No se sabe si lo que cobra un instalador es lo correcto o si lo que uno termina pagando por un equipo de aire acondicionado es lo que vale”.
En este sentido, el presidente de la entidad de defensa del consumidor también añadió que “hay problemas también con las garantías y los servicios técnicos, con los repuestos, porque por más que digan que es industria argentina muchos de ellos se integran con componentes importados que se rompen. Hasta que la economía argentina no vuelva a estabilizarse y no vuelva a un esquema de normalidad, todo esto lo vamos a seguir padeciendo año a año”.
Las marcas que dejan el país
Por otra parte, a lo largo de la entrevista que mantuvo con nuestro diario, el titular de la UCA consideró que “el justificativo del aumento en las marcas de aires acondicionados tiene que ver también con que algunas empresas han decidido irse del país, con lo cual se ha estrechado la oferta. Electra, que era una marca instalada, tomó la decisión de irse de la Argentina. Entonces hay un competidor menos y eso hace que los precios, en un contexto inflacionario, tiendan a la suba”.
“En el caso de Electra, es una firma de capitales israelíes que, al no poder girar divisas al extranjero por el cepo cambiario, vio inviable la continuidad de la empresa. No es la primera que toma la decisión en el rubro electrodomésticos y es el error de una política que nos lleva a cerrarnos más en vez de abrirnos, generar mejores condiciones de competencia y dar mejores precios a los consumidores”, concluyó Blanco Muiño.
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