Filipinas prepara asentamiento para reinstalar a damnificados

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Las autoridades encontraron un área de ocho hectáreas que pertenece al ayuntamiento de Tacloban, la capital provincial, en la que se levantará el asentamiento.

Manila.- El número de desplazados por el tifón Haiyan en Filipinas aumentó a más de tres millones, mientras el gobierno anunció la construcción de un asentamiento en la isla de Leyte, al que trasladará a decenas de miles de damnificados que perdieron su hogar, informó hoy la oficina de protección civil.

La mayoría de los desplazados están en seis provincias centrales, mientras en Leyte, la más golpeada por el tifón, se han registrado 356.404 personas en refugios. El tifón «Haiyan» dejó 3.637 muertos, 12.501 heridos y 1.186 desaparecidos a su paso por Filipinas, añadió la agencia, indicó DPA.

Leyte fue el escenario de la mayoría de las muertes, 3.017, mientras 221 murieron en la vecina Samar Oriental y 190 en la provincia de Samar. Casi medio millón de viviendas quedaron total o parcialmente dañadas en más de 40 provincias afectadas por el tifón.

«Hemos encontrado un área para reinstalarlos, queremos construir allí viviendas para los damnificados», dijo el director de la oficina, Eduardo del Rosario. Se construirán casas que podrán albergar a diez familias. «Comenzaremos a nivelar el terreno mañana».

Más de 350.000 personas siguen viviendo en refugios, una semana después del paso del «Haiyan». Otros muchos están en casa de familiares.

En vista del gran número de damnificados, el reparto de ayuda sigue siendo un gran desafío: el Ejército prometió hoy que enviará más camiones para el transporte a las zonas afectadas.

El teniente coronel Ramon Zagala, portavoz del Ejército, dijo que 52 vehículos militares y civiles con 193 soldados están viajando a Tacloban desde varios puntos del país. «El Ejército tiene unos 12.000 efectivos sobre el terreno (…) realizando labores de asistencia humanitaria y operaciones de respuesta a desastres en las áreas afectadas», señaló. También están de camino a la zona militares extranjeros.

La Unión Europea aumentará por su parte la asistencia humanitaria. La comisaria de Ayuda Humanitaria, Kristalina Georgieva, anunció durante una visita a Tacloban una ayuda adicional por siete millones de euros (9,4 millones de dólares) para ayudar a los desplazados. «Estoy enviando personalmente un mensaje de solidaridad europeo», señaló en un comunicado. «Estamos todos con las víctimas con una ayuda inmediata y a gran escala», añadió. La UE ya donó tres millones de euros en ayuda de emergencia y prometió otros 10 en ayuda a la reconstrucción.

También Reino Unido anunció una ayuda adicional de 30 millones de libras (48 millones de dólares) hasta los 80,55 millones, anunció el primer ministro, David Cameron, en el marco de una cumbre de la Commonwealth en Sri Lanka. El dinero será entregado a las organizaciones de la ONU y la Cruz Roja. Mientras, un avión C17 de las fuerzas aéreas británicas aterrizó esta mañana en Cebu con nuevos suministros médicos y de ayuda.

Pese al esfuerzo por llevar ayuda, miles de personas prefieren huir de las áreas devastadas, donde falta agua y comida y sigue sin haber electricidad. Muchos de los supervivientes consiguen que efectivos de las fuerzas aéreas o de la Marina los lleven desde la isla de Leyte hasta Manila o la vecina provincia de Cebu, mientras quienes pueden permitírselo viajan por su cuenta en vuelos comerciales o chárter.

La Marina dijo haber transportado a 3.000 personas a Cebu el pasado jueves, y las colas son largas para abordar el próximo barco mañana domingo. «Si la gente quiere salir, la Marina está dispuesta a ayudar», dijo el teniente coronel James Reyes desde Cebu. «Todos pueden subir al barco, pueden llevar lo que quieran o a quien quieran».

Las fuerzas armadas han aumentado sus vuelos diarios entre Manila y Cebu hasta siete; los vuelos comerciales entre Tacloban y Manila están limitados a uno al día, pero las aerolíneas organizaron vuelos adicionales desde y a Cebu, informaron Fhilippine Airlines (PAL) y Cebu Pacific Air.

«Simplemente es difícil quedarse aquí ahora», contaba Ludonila Martinez, de 51 años, al tomar un vuelo comercial a Cebu con su madre de 75 años. «No sabemos aún donde iremos en Cebu y cuánto tiempo nos quedaremos. Volveremos cuando las cosas regresen a la normalidad».
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