Nuevos incidentes elevan tensión en cárceles chilenas

Santiago de Chile, 16 dic (EFE).- Un grupo de presos se manifestó hoy contra las condiciones de su encierro en la cárcel de la ciudad chilena de Quillota, en un nuevo episodio de una serie de incidentes ocurridos tras el incendio en que murieron 81 reclusos el pasado 8 de diciembre, en la prisión santiaguina de San Miguel.

Fuentes policiales dijeron que los reos de Quillota, 100 kilómetros al norte de Santiago, se negaron a recibir alimentos, se encerraron en uno de los pabellones y se manifestaron contra el hacinamiento y los malos tratos que aseguran recibir.

La cárcel de Quillota tiene capacidad para 300 internos y alberga actualmente a 600 y el incidente de hoy se sumó a los disturbios ocurridos este miércoles en la Penitenciaría de Santiago, donde hay más de 3.000 presos y que se prolongaron por varias horas, con la participación de unos 500 reos.

Diversas autoridades y entidades hicieron hoy balances de lo ocurrido, con discrepancias en las cifras de heridos y otros datos de los incidente, que estallaron cuando grupos de reclusos opusieron resistencia a un registro de sus celdas.

El ministro de Justicia, Felipe Bulnes, dijo hoy a los periodistas que en los incidentes de la Penitenciaría hubo sesenta gendarmes heridos y aseguró que se desconoce el numero exacto de reos en la misma situación.

Por su parte, el director de Gendarmería, Luis Masferrer, dijo que en los hechos, que a su juicio no constituyeron un motín, hubo 66 heridos, de los cuales 54 son reclusos y doce son guardias.

En tanto, la Asociación Nacional de Suboficiales de Gendarmería señaló en un balance propio que en total hubo 104 lesionados: 86 internos y 18 gendarmes.

Por si fuera poco, en una llamada telefónica a Emol, el portal electrónico del diario El Mercurio, un preso que se identificó como «Camilo» aseguró que en la galería ocho del recinto hay quince heridos graves, que presentan cortes y mordeduras de perros en sus rostros.

Varios heridos se están desangrando y han perdido el conocimiento, afirmó el hombre, que añadió que algunos reclusos han iniciado una huelga de hambre, lo que fue ratificado por otro reo, que tiene el beneficio de libertad diurna, al salir hoy del recinto.

Bulnes subrayó que Gendamería mantiene el control de las cárceles y que en eso «no hay dos voces», destacando que «a pesar de que muchos gendarmes quedaron lesionados, finalmente se controló la situación».

Los incidentes, según se ha señalado hasta ahora, estallaron cuando Gendarmería dispuso que unos 350 internos de las torres 10 y 8 se congregaran en el gimnasio mientras los guardias registraban sus celdas para detectar elementos prohibidos.

El allanamiento, según fuentes carcelarias, permitió encontrar 120 armas cortantes, dieciséis teléfonos celulares y bebidas alcohólicas.

La medida disgustó a los reos, que comenzaran a quemar colchones, acción a la que se sumaron después presos de las torres nueve y once, que levantaron barricadas, siendo reprimidos por 150 integrantes de un grupo especial antimotines que tiene Gendamería.

Masferrer señaló que lo ocurrido no fue un motín, sino solamente desórdenes, pues no hubo intento de fuga por parte de los reos y aseguró que en la represión de los reos sólo se emplearon balines de goma.

Fuente: EFE