El gerente del Centro de Viñateros y Bodegueros del Este, Mauro Sosa, indicó que la situación se complica por subsidios prometidos que aún no se reciben, por daños que dejaron las contingencias climáticas, la reaparición de la «polilla de la vid» y la poca competitividad generada por la inflación.
A menos de tres meses del fin del año la situación de los viñateros mendocinos se complica por subsidios prometidos que aún no reciben, por los daños que dejaron las contingencias climáticas, la reaparición de la llamada «polilla de la vid» y la falta de competitividad generada por la inflación.
Mauro Sosa, viñateros y bodegueros del Este P
El gerente del Centro de Bodegueros y Viñateros del Este, Mauro Sosa contó la situación en la que se encuentran los productores del sector.
Medidas y promesas gubernamentales
Hacia fines de septiembre las heladas produjeron graves daños en los departamentos de la zona este, como Rivadavia, Junín, San Martín y Santa Rosa, algunos productores reportaron pérdidas de entre el 40% y el 50% de algunas variedades de uva.
Luego de que se verificaran las pérdidas, a principios de octubre el gobierno anunció que Mendoza realizó un pedido de $40 millones a la Nación para asistir a los productores afectados por las contingencias climáticas.
En cuanto a esto, desde el ministerio de Agroindustria indicaron que entre el miércoles y el viernes de esta semana se tendría una respuesta de parte de la Nación, pero que es casi seguro que estén disponibles, no sólo los 40 millones, sino que también los 5.000 cupos de empleo para el fondo de Contingencias Climáticas.
Según explicó Sosa la situación de los productores «es la misma que la de antes del domingo» -antes de las elecciones- y todavía no obtienen una solución, aunque agregó que se está trabajando con el gobierno para implementar programas de mantenimiento de empleo del trabajador de la viña.
El programa consistiría en una ayuda gubernamental de $800 pesos para conformar el sueldo del trabajador.
«Es decir, que si un viñatero gana $4000 mensuales, $3.200 los tiene que abonar el empleador, y $800 el Estado» explicó Sosa, sin desemerecer la ayuda pero indicando que «no es una solución, ya que aunque, de seguro beneficiará a algunos productores, para muchos la ayuda no va a ser muy significativa».
De todas maneras, el titular del Centro indicó que el tema principal no es ya la helada, sino que a ello le deben sumar distintos conflictos con que convive el sector.
«Lo principal es ver cómo enfrentamos un fin de año con precios que siguen bajos sin ningun tipo de explicación razonable» dijo y agregó que si los «precios del vino a fin de año son bajos, significarán un precio bajo para la uva del próximo año».
«Si no paramos la inflación acá no hay acuerdo de precios que valga», declaró Sosa.
Y explicó que existen algunas medidas que podría tomar el gobierno para mejorar la situación del productor, como es prorrogar algún vencimiento -de compromisos adquiridos por los productores en busca de financiamiento-, quitar parte de las contribuciones patronales, y solucionar el tema dólar.
«Pero eso lo tiene que pedir el gobierno Provincial al Nacional, nosotros ya lo hicimos, pero parece que para el gobierno -de Mendoza- está vedado hablar de dólar e inflación» argumentó.
Sosa mencionó que «todavía el gobierno no les ha dado ninguna satisfacción», que por el contrario, todavía están a la espera de un «subsidio que debían entregarles en 2012, como una compensación para la uva en fresco».
Esto es en relación con una promesa que el gobierno hizo a los productores cuando estos debieron afrontar costos no previstos para poder vender la uva a Brasil, ya que dicho país exigía el sulfatado de la uva en fresco.
Sosa indicó que los viñateros debieron pagar el sulfatado, y que el gobierno prometió compensarlos pero aún no lo hace. Según recordó el dirigente se trata de 1.500 millones de pesos para 9 empresas.
El mercado
Las imposiciones de la oferta y la demanda no ayudan a que el precio del vino aumente, aunque desde el Centro esperan que hacia fin de año, cuando los vendedores empiezan a «stockearse» -acumular mercaderías- se aumente el consumo y el mercdo empiece a moverse.
Sosa aludió al movimiento de las variables económicas, como algo positivo que podría significar un beneficio para todos los actores implicados en el comercio de la vitivinicultura.
Lobesia Botrana o «Polilla de la vid»
Sosa mencionó otras problemáticas que enfrentan los viñateros, como es el caso del control fitosanitario que deben aplicar para obtener un producto de calidad.
En este sentido, se refirió a los «altísimos costos que implica ´curar´la polilla de la vid», e indicó que «muy poca gente los logra afrontar».
mdzol.com