Si no les gusta el presidente cámbienlo en las elecciones, pero no destruyan lo que tardó dos siglos en construirse, dijo en su primera conferencia tras el fin de la parálisis.
Después de casi tres semanas de parálisis absoluta en Washignton por la pelea entre demócratas y la republicanos por la cuestión fiscal, que desaceleró la economía y dañó la imagen internacional del país, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, intenta dar vuelta la página y retomar la iniciativa legislativa.
Menos de 12 horas despúes de promulgar la ley que terminó con el cierre parcial del gobierno federal, que se extendió por 16 días, y evitó un catastrófico cese de pagos, Obama llamó ayer al Congreso a dejar de tambalearse de crisis en crisis y buscar puntos comunes en asuntos concretos para el país. Y, en lo que puede considerarse el primer esbozo de sus prioridades en los próximos meses, pidió a los legisladores enfocarse en tres temas: una reforma inmigratoria que abra la vía a la legalización de más de diez millones de sin papeles, un plan fiscal a largo plazo para reducir la deuda e incentivar el crecimiento y avanzar con una ley agraria que lleva meses cajoneada en el Congreso.
No es ninguna sorpresa que el pueblo americano esté completamente harto de Washington, afirmó Obama en su primera comparecencia sin preguntas en la Casa Blanca tras los 16 días de parálisis. Todos mis amigos en el Congreso deben entender que la forma de funcionar en esta ciudad debe cambiar, agregó.
Tras afirmar que acá no hay ganadores ni perdedores y agradecer a los republicanos responsables por su aporte a una solución temporal de la crisis presupuestaria, el mandatario les mandó un mensaje por elevación a los republicanos del Tea Party, quienes hasta última hora intentaron por todos los medios desfinanciar al gobierno, dejando al país al borde del default. Si no les gusta una política determinada o un presidente en particular, dijo, vayan y ganen unas elecciones, cámbienlo, pero no destruyan lo que nuestros predecesores tardaron dos siglos en construir.
Estas últimas semanas han provocado un daño innecesario a nuestra economía, dijo Obama. Se calcula que por la parálisis, el país perdió más de u$s 24.000 millones en 16 días y que el cierre del Gobierno supondrá un recorte del 0,6% del PBI en el cuarto trimestre.
En el Capitolio, negociadores republicanos y demócratas sostuvieron ayer su primera reunión para discutir las soluciones presupuestarias a largo plazo. Se espera que el panel llegue a acuerdo para el 13 de diciembre, aunque no hay garantías de que triunfe luego de que esfuerzos similares fracasaran.
El acuerdo temporal aprobado financia al Gobierno hasta el 15 de enero y extiende el límite de endeudamiento hasta el 7 de febrero.
Mientras tanto, ayer Washignton volvía lentamente a la normalidad, con la reapertura de los museos, parques nacionales y monumentos, y los miles de empleados públicos volviendo a sus trabajos.
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