Federico Andrada cuenta que en su vida personal no se vestiría de rosa, pero aclara que tratándose de fútbol lo tendría que hacer. De la moda pasó al juego: «Me falta aprovechar las situaciones que tengo».
Sobre gustos hay algo escrito. Al menos, si esos gustos son de Federico Andrada. Ocurre que el delantero de River se sumó a la discusión en torno al color de la camiseta de su rival más superclásico. Porque cuando en Boca se discute sobre si estrenar -o no- el rosa para recibir a Central -una posibilidad que tuvo su revés en la AFA y en algunas banderas colgadas por los hinchas-, Andrada pateó la pelota para el lado del rechazo.
«Yo no usaría la camiseta rosa en mi vida personal», dijo en Rock and Closs. Y enseguida trató de aclarar con algo de diplomacia: «Pero si hay que jugar con eso, me la pondría».
Al margen de estos menesteres de moda y diseño que se metieron esta semana en las charlas futboleras, Andrada también habló de su discreta racha goleadora en el torneo -lleva un grito en nueve partidos jugados-. «Ramón me da consejos y me pregunta que me pasó en cada jugada que le erro al arco. Además, nos dice todo lo que siente y piensa, y así crecemos nosotros también», comentó.
«No pude dormir después de la jugada del cabezazo. Estuve pensando toda la noche por que le erré así», reconoció en torno a la más clara que tuvo en el superclásico. «Fue mi primer clásico y lo viví al máximo, no me relajé. Me noté ansioso», agregó. Igual, dijo estar contento con su presente: «Estoy haciendo las cosas bien pero me falta aprovechar las situaciones que tengo. Yo antes era jugador de área y ahora que juego un poco más retrasado se me hace difícil. Mi objetivo no es empujar la pelota como antes».
Fuente: Olé