Perdieron a sus hijos en boliches, hoy son quienes los controlan

bearaUn grupo de padres conformó la ONG Familias por la Vida, desde donde denuncian a los locales nocturnos que presentan irregularidades. Firmaron un acuerdo con el gobierno porteño e hicieron clausurar 75 boliches

A través de un 0800, un grupo de hombres y mujeres que perdieron a sus hijos gracias a la desidia y la falta de control en locales nocturnos, recibe denuncias día a día por falta de seguridad, y ya hicieron que 75 boliches fueran clausurados.

La necesidad los impulsó a habilitar un número de teléfono con el objetivo de poder ubicar a sobrevivientes de la tragedia de Cromañón, que habían inhalado cianuro. «Empezamos con el 0800 para buscarlos», explicó Nilda Gómez, presidenta de la ONG Familias por la Vida.

Pronto se dieron cuenta que lo mismo que mató a sus hijos estaba suelto, pululando por otros lugares de la noche, acechando a otros jóvenes. Y comenzaron a trabajar para denunciarlo.

Cientos de llamadas llegan al 0800-999-2769 de esta entidad para informar sobre locales mal habilitados, sitios donde se bailaba a pasar de no contar con el permiso, ausencia de matafuegos o salidas obstruidas.

El 1° de julio, Familias por la Vida firmó un acuerdo con el gobierno porteño para que la Agencia Gubernamental de Control (AGC) reciba por escrito todas las denuncias y las verifique.

Desde ese momento, se hicieron 145 inspecciones basadas en un total de 257 denuncias. En el 70% de los casos revisados se labraron actas de infracción. De los 75 comercios que fueron clausurados, el 35% había violado una clausura anterior. Es decir, trabajaban sin habilitación. Además, fueron denunciados a la Policía y a la Fiscalía, según informa Clarín.

«Desde 2006 empezamos a tomar denuncias. Pero en el gobierno porteño no siempre nos escuchaban. Este año, firmamos un convenio y la AGC se comprometió a controlar todas las denuncias de nuestro 0800. La gran cantidad de locales clausurados denota que la situación de riesgo continúa, pero también que hay voluntad de cambio. Ahora estamos reuniéndonos con los fiscales, porque muchos empresarios violan las clausuras, y los fiscales, que son quienes deben intervenir, no lo hacen», relata Gómez, quien perdió a su hijo en la tragedia de Cromañón.

Lo cierto es que están haciendo un trabajo que no les corresponde a ellos sino al Estado, pero también es verdad que el Estado se construye con la participación de todos. Al menos así lo entiende Juan Lizarraga, padre de Ariana, de 20 años, una de las chicas que murió al caer el entrepiso de Beara, un boliche de Palermo que estaba habilitado como salón para fiestas.

«Es increíble la cantidad de denuncias que recibimos –relata–. La mitad de los que nos llaman son los concurrentes a los locales y el resto, vecinos. La gente llama con la voluntad de corregir lo que ve mal. Y no hay mejor control que el del propio ciudadano. Apelamos a la conciencia de los jóvenes y de los padres, porque eso va a ser más efectivo que cualquier otra medida».

Fuente: Infobae