Estos ocho hombres ayudarán al Pontífice argentino a modernizar y reformar a la Santa Sede y a la Iglesia católica desde adentro.
Oscar Rodríguez Maradiaga: El arzobispo de Tegucigalpa, Honduras, es el coordinador del consejo de ocho miembos. Fue uno de los principales «papables» en el cónclave de 2005 que eligió como papa a Benedicto XVI. Luchó contra las misiones evangélicas en su país.
Francisco Errázuriz: El arzobispo emérito de Santiago de Chile fue asesor de la Congregación para Doctrina de la Fe en los años 90.
Sean Parick O’Malley: el arzobispo de Boston, uno de los «papables» en el cónclave de 2013, es un buen amigo del papa Francisco, u fraile capuchino que detesta las intrigas de poder del Vaticano y limpió la cara a la Iglesia de Boston tras los escándalo de pedofilia.
George Pell: Es junto a O’Malley uno de los principales críticos de la pederastia dentro de la Iglesia. El arzobispo de Sydney es ultraliberal, educador y jugador de fútbol.
Giuseppe Bertello: Es el actual presidente de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, uno de los cargos clave en la Santa Sede.
Reinhard Marx: Es uno de los cardenales más jóvenes. Criticó el tono duro de la Iglesia contra los homosexuales.
Oswald Gracias: El arzobispo de Bombay es miembro de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.
Laurent Pasinya: Los vaticanistas hablan de sus dotes y artes diplomáticas, y lo consideran un campeón de la paz por su papel en Congo.
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