Ahora cada cartonero tiene 4 cuadras a cargo para juntar lo reciclable

cartonerosEl plan arrancó en 84 manzanas de Palermo. Van por casas y edificios para que les den cosas recuperables. Dicen que todavía falta colaboración de los vecinos.

Con sus uniformes reflectantes, Dora López (64) y Brenda Carrizo (27) arrastran un bolsón por la calle Fitz Roy. En la esquina de Guatemala se detienen frente a un contenedor verde con forma de campana. Las cartoneras no necesitan su llave para abrirlo: la cerradura está rota. Adentro hay botellas, bolsas y hasta restos de comida. Brenda revisa todo y rescata alguna botella plástica. “Tiran basura acá y cosas que sirven en los tachos negros”, se queja.

La falta de conciencia de la gente es el principal problema que debe superar el Gobierno porteño, para que su programa de separación en origen de residuos prospere. El sistema arrancó el 7 de agosto, en Palermo, en 84 manzanas entre Juan B. Justo, Santa Fe, Dorrego y Costa Rica. Allí distribuyeron 51 columnas verdes, que son revisadas por cartoneros de la cooperativa El Amanecer, una de las que firmaron convenios con el Ejecutivo.

En el Ministerio de Espacio Público rebautizaron a los cartoneros como “promotores ambientales”. Trabajan en parejas y cada una está a cargo de cuatro cuadras y de dos columnas verdes. Además de revisarlas, van puerta por puerta para que los encargados de edificios y los vecinos les den en mano el material reciclable que separaron. Del 26 de agosto al 12 de este mes recuperaron 3,5 toneladas. El objetivo es que, para fines de 2014, todos los vecinos separen en origen.

El Ejecutivo envió a la zona a cien ambientalistas para explicar cómo separar la basura, pero aún hay confusión. “Los vecinos no saben cómo clasificar la basura –señala Sergio Sánchez, titular de la Cooperativa El Amanecer de los Cartoneros–. Pocos lo hacen y no saben qué sirve. Por ejemplo, separan los potes de yoghurt, que acá no se pueden procesar. Sí se reciclan el papel, el cartón, las botellas de plástico, el vidrio, el metal y las telas. Le pedimos a la gente que los separen y nos los den o que los pongan en las campanas verdes”.

Los 74 cartoneros de la cooperativa llegan a Palermo en un micro que sale de Villa Fiorito, Lomas de Zamora. En Ravignani y Nicaragua retiran los bolsones de un camión, que más tarde llevará lo que junten al centro verde de Barracas, uno de los siete de la Ciudad, para su clasificación, enfardado y comercialización. Los cartoneros hacen su recorrido de 18 a 22. Cada uno cobra un jornal y, si no falta, gana $ 4.500 por mes que el Gobierno porteño le paga a través de la Cooperativa. Cuando se organice la venta de los materiales, también habrá un plus por productividad.

“Estoy contenta, porque ya no tengo que revolver la basura y no pierdo tiempo clasificándola –comenta Dora–. Pero junto menos que antes, porque los vecinos siguen tirando cosas que sirven en los contenedores negros y nosotros tenemos prohibido tocarlos. Sólo podemos revisar los verdes”. Brenda, su compañera, revuelve uno verde en Fitz Roy y Guatemala y se corta con una lamparita rota. “Peor fue la otra vez, que adentro del contenedor había un murciélago y me ‘picó’. Esto no es nada”, tranquiliza. Esta noche, las acompaña Carmen (48), para aprender el oficio.

Las tres recorren puerta por puerta. El dueño de un super chino les da cajas de cartón. Algunos porteros no responden cuando les tocan el timbre. Pero Dominga, encargada de un edificio en Fitz Roy al 2400, sale con una bolsa llena de botellas. “Los vecinos me dejan las cosas separadas, porque yo agarré a uno por uno y les pedí que lo hicieran –subraya–. Nunca vino el ambientalista, pero una cartonera me explicó qué separar”.

“Queremos que los cartoneros sean los promotores de este cambio de cultura y que establezcan un vínculo con el vecino –afirma el director de Reciclaje porteño, Javier Ureta–. Todavía no hay una buena conducta de la gente. Hoy en la Ciudad se recuperan 600 toneladas de residuos reciclables, pero si se separara en origen se sumarían otras 500. Y es fundamental sacar los residuos sólo de 20 a 21, para evitar que los recuperadores informales rompan las cerraduras de los contenedores verdes. Hoy el 70% de éstos sufre vandalismo”.

Cerca de las 22, Dora, Brenda y Carmen llevan al camión su bolsón. Recuperaron cartón y plástico que volverá al circuito económico en vez de perderse en el relleno de la Ceamse. “Sólo falta más colaboración de los vecinos”, insisten.

Fuente: Clarín