Vélez se vuelve de Colombia con un gran resultado: le ganó 2-1 a La Equidad, sumó goles de visitante y tiene un lindo panorama para jugar en Liniers. Pratto fue clave en los goles de Cabral e Hinestroza en contra.
La Copa Sudamericana, sin los flashes ni los pergaminos de la Libertadores, tiene sus propias dificultades: los viajes, el desconocimiento del rival, los destinos exóticos. Vélez pudo sortearlos sin problemas: dominó a La Equidad en la altura colombiana (2600 metros en Bogotá), supo lidiar con una cancha en muy mal estado, y se volvió a Liniers con un gran 2-1.
Al Fortín le costó acomodarse en un campo de juego muy poceado. Siempre intentó tocar y se paró bien atrás, recuperando mucho en el mediocampo, pero el primer tiempo pasó sin chances de gol para ningún bando. En la segunda parte, Vélez llegó al 1-0 a través de una buena jugada de Pratto, una pifia de Zárate y un error de Hinestroza: el defenzor colombiano se la llevó por delante y metió un gol en contra.
Con la ventaja, el equipo de Gareca manejó mejor la pelota, acostumbrado al campo de juego: Canteros más adelante y Cerro retrasado le dieron tenencia. La Equidad, sin merecerlo, llegó al empate con Wilmar Díaz (desvió apenas un tiro libre). Pero Vélez, tranquilo, alcanzó la diferencia: Cabral rompió la línea de volantes, Pratto le devolvió muy bien la pared, y el Fortín hizo el 2-1.
Con una buena tarea de su mediocampo y otra gran actuación colectiva de Lucas Pratto, Vélez empezó a cerrar su pase a los cuartos de final de la Sudamericana: pasará si gana, empata, o pierde 1-0 (la vuelta es el 2 de octubre). Una Copa Sudamericana que tiene sus complicaciones, pero que el Fortín supo sortearlas sin problemas. En Liniers, sueñan.
Fuente: Olé