Abuso de fármacos contra la jaqueca «envicia» al cerebro

Nadie pensaría que un dolor de cabeza intenso, que no pasa con nada, podría causar un infarto al corazón o un ataque cerebral. Pero ese es uno de los riesgos que se corren cuando se abusa de los medicamentos antimigrañosos

 

El Mercurio/GDA | S. Urbina

Esta peligrosa situación fue la que llevó al tenista Marcelo Ríos a internarse para superar una descompensación causada por el uso exagerado de fármacos para aliviar una jaqueca que se resistía a desaparecer.

Ríos es un exjugador de tenis chileno, apodado El Chino o El Zurdo de Vitacura y reconocido por sus logros como el mejor deportista de su país. A nivel mundial fue el primer iberoamericano en ser número uno del mundo. La jaqueca que sufría le jugó una mala pasada que preocupó a los médicos chilenos.

«El problema además es que el paciente toma el medicamento y la jaqueca cede, pero él queda más sensible a un nuevo episodio durante las próximas 24 a 48 horas. Entonces, al final termina tomando comprimidos a diario y la jaqueca se mantiene», explica Arnold Hoppe, neurólogo del país transandino y médico tratante del ex número uno.

A nivel internacional se estima que las jaquecas afectan a entre 16% y 19% de la población mundial, llegando en algunos casos a imposibilitar el desarrollo de tareas cotidianas.

Muchas causas.

La migraña es la respuesta del cerebro a distintos estímulos. En ella se combinan dolor de cabeza, náuseas, vómitos y también sensibilidad extrema a la luz, los ruidos y olores.

Hoppe, quien también es profesor de la Facultad de Medicina Clínica Alemana-Universidad del Desarrollo, dice que el problema se gatilla con ciertos alimentos como el alcohol, los quesos, el chocolate, las nueces, la comida china o bien un exceso de comida, a veces muy condimentada. «Otras veces se produce por ayuno, o por olores como la bencina, el cigarrillo o un perfume determinado», agrega.

Lo bueno es que existen medicamentos eficaces para superar estos episodios de dolor. Los más comunes son los que contienen ergotamina, porque suelen ser más económicos -de todas formas ninguno elimina el problema por completo de la vida de la persona que los padece-.

Para Nelson Barrientos, profesor de Neurología de Medicina, el problema es que en las personas que abusan de los fármacos que controlan los síntomas, las neuronas se hacen adictas a esos compuestos y se produce lo que se conoce como «cefalea de rebote». «El analgésico pierde su efecto y se produce más dolor de cabeza», explica el médico.

La consecuencia de este fenómeno de rebote es que «la persona sufre durante más días de ese dolor. Esto puede suceder incluso con fármacos como el paracetamol, lo que termina en una cefalea crónica diaria», indica asimismo Barrientos.

Además, una persona puede tener momentos de baja sensibilidad a la jaqueca, y no sufrir dolores. Pero en otros momentos puede estar muy sensible; en esos casos se come un pedacito de queso y le da jaqueca, explica Hoppe.

Así, abusar de los fármacos aumenta las posibilidades de  sentirla en un momento de sensibilidad y no poder controlarla. Cuando la desregulación es severa puede desencadenarse un infarto.

Las mujeres sufren casi cuatro veces más de migraña que los hombres y tienen variaciones en sensibilidad producto de los cambios hormonales. «En el período premenstrual y menstrual, ante un mínimo factor se gatilla en ellas la jaqueca», cuenta Hoppe.

Un buen manejo.

En cuanto a cuándo tomar los medicamentos y en qué medida, los médicos recuerdan que cuan-to antes se administre el fármaco en medio de un dolor intenso el alivio será más pronto y no habrá por qué aumentar la dosis.

En el caso de la ergotamina recomiendan especialmente no tomar más de dos comprimidos a la semana. Si alguien tiene más de una jaqueca a la semana debe consultar al médico, recuerdan los clínicos.

Por último, existen fármacos específicos que actúan preventivamente en ciertas personas. Es el caso de algunos antiepilépticos, betabloqueadores y los bloqueadores del calcio, entre otros.

Efectos de tomarlos muy seguido

Si se toman medicamentos contra las jaquecas con demasiada frecuencia llega un momento en que la respuesta del cuerpo frente a los fármacos se altera y comienzan a no hacer efecto o a hacerlo mal.

La respuesta con el «efecto  rebote»

Uno de los efectos negativos es que el cuerpo produce una suerte de «efecto rebote», genera más dolor aun y lo hace por más tiempo.

Neuronas que se vuelven adictas

Las neuronas se pueden volver adictas al fármaco y pierden sensibilidad ante la droga. La consecuencia es dolor crónico.

 

Fuente: http://www.elpais.com.uy/