Si Riquelme se recupera y si Gago vuelve bien de la Selección, el domingo 15 será el día de la verdad: vs. Racing, en la Bombonera, Bianchi los podrá juntar por primera vez. Pero, ¿cómo hará el Virrey?
Ya tiene fecha y lugar la cumbre entre ellos. Es el 15 de septiembre. La Bombonera los espera. Son Fernando Gago y Juan Román Riquelme, hoy separados y en el futuro reunidos. En un encuentro que entusiasma antes de producirse. El desafío lo tiene Carlos Bianchi, para buscar la forma de hacerlos encajar en un mismo equipo y lograr que esa yunta de tan buen pie endulce pero no empalague.
No podrá ser el domingo en Bahía Blanca. Ya no hay forma. Por más que Román evolucione bien de la distensión en el gemelo externo de la pierna izquierda y se recupere como esperan todos en Boca, la convocatoria de Gago para esta fecha de Eliminatorias hace que el encuentro se demore como mínimo una semana más. Hasta el clásico ante Racing por la séptima fecha…
Nunca compartieron una cancha en Boca, porque cuando uno volvió del Villarreal para jugar la Libertadores 07 el otro ya se había ido al Real Madrid. Fue Ever Banega el 5 de ese equipazo campeón con Miguel Angel Russo. Sí se juntaron en la Selección, principalmente en la Sub 23 con Sergio Batista. Los Juegos Olímpicos de Beijing, en el 2008, fue un gran momento con ambos como titulares que terminó con medalla de oro.
Todavía habrá que ver cómo decide utilizarlos el Virrey. Gago llegó para ser titular, por algo le dio la número 5 a él y la 22 a Ribair Rodríguez. Riquelme es intocable, no existe dentro de la lógica bianchista sacarlo alguna vez de entre los 11 y, por las dudas, el entrenador lo aclaró en la conferencia del domingo. Deberá hacerlos convivir, entonces. Hay que esperar para saber desde cuál de los tres puntos del mediocampo lo hace Pintita, si le toca entrar por el uruguayo, Ledesma o hasta Sánchez Miño. Son posibilidades que dejó abiertas el DT cuando fue consultado sobre el tema. Lo que está claro es que el juego del equipo, con respecto al 4-4-2 de este domingo, sufrirá modificaciones y también se puede ver afectada la función de Gago (ver aparte).
Con Beijing 2008, el Checho Batista armó una línea del mediocampo con Mascherano y Gago y, más adelante, paró a Riquelme como eje del juego con Messi a su derecha y Di María a su izquierda. Ahora, Bianchi puede tratar de reeditar ese esquema (4-2-3-1) con los nombres que tiene o seguir con su 4-3-1-2. En el primer caso, deberá tener otro 5 a su lado (Ribair o Erbes) y delante otra línea que podría estar conformada por Martínez, Román y Miño. Y en caso del dibujo clásico, tendrá mayor responsabilidad de marca si entra de volante central por el uruguayo y si le toca por derecha o izquierda, deberá tratar de sumarle cierto recorrido a su juego. “Vamos a ver cuando vuelva Román cómo el técnico formará el equipo”, dejó abierta la duda el propio Gago, ayer en Rock&Pop.
¿Cómo funcionarán juntos? Si la pelota pasa por ellos seguro que estará bien jugada. También se garantizará Riquelme que le llegue en tiempo y forma. Uno tendrá mayor protagonismo en el primer pase y el otro, para el pase final. Lo que sí, hay que ver si se la prestan a los demás… “Con Román nos entendimos bien cuando nos tocó en la Selección. Es cuestión de entrenamientos, de jugar para llegar al máximo nivel”, agregó el número 5, ya imaginándose el momento en que puedan estar juntos en una cancha. ¡Faltan 13 días!
YO DIGO // Antonio Serpa – aserpa@ole.com.ar
La búsqueda del equilibrio
Más que nunca, ahora todo depende de Román. Sin él, Boca jugó su mejor partido. Por cierta solidez y cantidad de llegadas, por actitud y dominio. La lógica indica que ésa es la base y que las modificaciones que haya que hacer -o no- deben partir de allí. Esto es: Bianchi deberá encontrar el lugar para Riquelme sin romper el delicado equilibrio.
Ya casi no quedan equipos que cubran el ancho del medio con tres jugadores. Y Bianchi se siente más seguro cuando lo hace con cuatro: así jugó los partidos decisivos del semestre pasado (Corinthians, Newell’s), corriendo a Riquelme a una posición de mediapunta (y aún no estaba Gago).
La razón es sencilla: pese a ser el mejor jugador individualmente casi siempre que juega, hoy Román no genera en ofensiva lo suficiente para compensar el desequilibrio que produce en la recuperación. El mismo lo sabe e intentó remediarlo con Estudiantes (se fundió y se lesionó).
Pero ojo: no hay conflicto. Román es el jugador argentino más inteligente y un intocable para Bianchi, el DT más ganador. Ellos sabrán adaptarse a la nueva realidad.
YO DIGO // Adrián Piedrabuena – apiedrabuena@ole.com.ar
Gago se tiene que adaptar…
Los periodistas, muchas veces, apuramos sentencias. Casi como los hinchas cuando emprenden la vuelta a casa, pateando piedritas, felices o infelices por un resultado. El domingo, a no negarlo, más de uno (periodista y/o hincha) pensó que el Boca con Gago es mejor que el Boca con Riquelme. El análisis delivery patentó que Gago hace volar a Boca y que Riquelme lo frena. ¿Lo frena? ¿No es el freno el engaño más veloz? El fútbol argentino se llenó de corredores ansiosos por presionar y recuperar la pelota, pero, salvo la honrosa excepción de Newell’s, la mayoría malgasta la posesión. Gago es crack, es el bastonero de la Selección de Messi, conduce desde más atrás. Sería el complemento ideal para Riquelme, el primer pase seguro para el que conduce más adelante. El doble comando es posible, y requiere de un mayor sacrificio de Gago, quien debería desdoblarse, algo que hace naturalmente con Sabella. Gago debe adaptarse a Riquelme. Y el funcionamiento colectivo tiene que equilibrar al equipo en el retroceso y potenciar a los dos. De Bianchi, alguien que nunca se apura, depende…
Fuente: Olé