El jefe de gobierno italiano Silvio Berlusconi ofreció este lunes en el Senado sellar un pacto de gobierno con los sectores moderados y de centro, inclusive con su ex aliado Gianfranco Fini, con el fin de salvar su gobierno ante la posibilidad de perder el martes el apoyo del Parlamento.
Con tono conciliador y tolerante, Berlusconi propuso «reconstruir la alianza de todas las fuerzas moderadas», ofreciendo «un pacto de legislatura» a sus ex aliados del grupo Futuro y Libertad para Italia liderados por Fini y a los centristas de la Unión Demócrata Cristiana (UDC), ambos en la oposición.
«El pueblo de los moderados nos demanda unirnos por el bien de Italia» insistió Berlusconi, quien se juega el todo por el todo el martes al someterse contemporáneamente a dos mociones de censura en el Parlamento, una a favor en el Senado, donde goza de una amplía mayoría y una en contra, en la Cámara de Diputados, donde podría quedar en minoría.
«Abrir hoy una crisis gubernamental sin solución previsible sería una locura política», advirtió.
«Necesitamos continuidad, una perfecta eficacia, capacidad de decisión, todo salvo una crisis con un salto en el vacío», dijo el jefe de gobierno conservador, destacando la necesidad de «estabilidad» frente a la crisis económica y a las turbulencias de los mercados financieros europeos.
A los parlamentarios de centro ofreció a cambio de su apoyo impulsar las reformas y cambiar «lo que hay que renovar en el programa y en el gabinete de gobierno».
Berlusconi mencionó expresamente a la UDC de Pierferdinando Casini, con la que rompió en el 2006, dejando entender que estaba dispuesto a modificar la criticada ley electoral.
«La unidad de los moderados italianos es uno de los frutos más preciosos de esta fase, un patrimonio inestimable que nadie puede ser tan irresponsable de destruir voluntariamente», aseguró.
Berlusconi, que evitó su habitual tono combativo, hizo un llamamiento también a los parlamentarios de centro y derecha para que respeten el voto de sus electores.
«Todo se puede hacer, menos planear una alianza con la izquierda, uniendo grotescamente los votos sustraídos al Pueblo de la Libertad (el partido de Berlusconi) a los del Partido Democrático y a Italia de los Valores (las dos principales fuerzas de la oposición de centro-izquierda). Se puede hacer cualquier cosa menos traicionar el mandato recibido de los electores», dijo.
Pese a sus declaraciones conciliadoras, la incertidumbre reina.
Para Casini la propuesta del jefe de gobierno «es creíble sólo si Berlusconi renuncia» y no se empeña en permanecer en el gobierno con una mayoría limitada, pedido que ha rechazado tajantemente.
En el Senado, el partido de Berlusconi, Pueblo de la Libertad (PDL) y su asociado de derecha Liga del Norte, disponen de una mayoría sólida, mientras que en la Cámara, Fini y 35 diputados que lo siguieron en su rebelión se comprometieron a poner a Berlusconi en minoría, votando la moción de los centristas de Pierferdinando Casini.
«Los reformistas y moderados no pueden responder al llamado de Berlusconi, el país está destruido por el bipolarismo», declaró por su parte Francesco Rutelli, ex acalde de Roma, líder del movimiento centrista API.
Entre tránsfugas, ausencias justificadas y abstenciones no se conoce el resultado de la moción, que Berlusconi podría perder, según algunos cálculos, por un sólo voto.
Si pierde la votación, Berlusconi debe renunciar al cargo, como establecen las normas de la República Parlamentaria y el Presidente de la República, Giorgio Napolitano, abre una fase de consultaciones para intentar forma un nuevo gobierno o disolver el Parlamento y convocar elecciones anticipadas.
Las sospechas de que el magnate de las comunicaciones fomenta una campaña de compraventa de votos, obligó a la Fiscalía de Roma a abrir una investigación.
Fuente: AFP