Al comenzar la obra Hamlet, con su célebre frase be or not to be?, el escritor inglés William Shakespeare cuestiona el sentido de la vida, y pone en duda continuar en ella al existir tantas dificultades. Algo similar ocurre con la nueva ley de mercado de capitales.
Esta nueva ley viene a modificar el status quo reinante desde su sanción, donde se privilegiaba un negocio para pocos basado en la especulación y la timba financiera. Estos objetivos distan mucho del verdadero fin del mercado de capitales, los cuales se basan en canalizar el ahorro para volcarlo en inversión productiva en la economía real.
La ultima reforma importante se realizo durante la gestión del ex ministro de Economía José Alfredo Martínez de Hoz, con consecuencias económicas e institucionales que aun persisten en la estructura productiva argentina en contra del interés por el desarrollo productivo y las economías regionales.
Con la entrada en vigencia de la nueva ley, la Comisión Nacional de Valores (CNV) será el único organismo de control de la oferta pública de acciones y títulos. Dentro de sus funciones unificará las relacionadas a autorización, negociación, supervisión y control. Estas funciones anteriormente la ejercían tres entidades diferentes.
Hasta hoy, para poder ser agente bursátil, se debía cumplir el requisito de ser accionista del mercado. La pertenencia al club permitía la comercialización de los productos financieros disponibles. Para poder acceder al club hoy se debe contar con la módica suma de $ 5 millones aproximadamente.
La nueva ley propone la desmutualización del mercado, brindando acceso al público en general con sólo cumplir determinados requisitos establecidos por la CNV, que serán mucho más accesibles y la cuestión patrimonial no será determinante. En 2002, la Bolsa de New York (NYSE) comenzó con esta tendencia, y le siguieron Sudáfrica e India y, más cercano a nosotros, Brasil.
El conocido proverbio “Dios se encuentra en todos lados, pero atiende en Buenos Aires” ya no se cumplirá porque la reforma permitirá una verdadera federalización del mercado de capitales argentino. Se creará un nuevo mercado de capitales bajo una nueva sociedad denominada Bolsa Federal de Valores, que buscará unificar todas las bolsas de comercio del país para realizar las operaciones bursátiles.
Esto permitirá que un inversor de Chaco invierta en un proyecto turístico en Chubut a solo un click de distancia. Así, el ahorro y la inversión de toda la Argentina se negociaran a través de una única plataforma virtual.
Con la nueva ley, la CNV otorga la facultad de autorizar la actuación de entidades en general como calificadoras de riesgo, entre ellas a las universidades públicas. Hasta ahora era una potestad exclusiva de un oligopolio de calificadoras de riesgo, donde en muchos casos algunos sectores de la economía no los atendían correctamente por no conocer su funcionamiento.
La inclusión de las universidades públicas permitirá que cualquier empresa que quiera utilizar un instrumento financiero sea evaluada por el mundo académico con profesionales prestigiosos y especializados, brindando otra mirada profesional y en algunos casos, inclusive, regional.
Algunas voces en contra de la nueva ley son escépticas ante algunos cambios. En el caso del levantamiento del secreto bursátil, hasta ahora se lograba mediante la orden de un juez; a partir de las modificaciones presentadas no será así, sino que se permitirá favorecer el intercambio de información entre distintos organismos involucrados: CNV, el Banco Central de la República Argentina (BCRA), la Superintendencia de Seguros, la Unidad de Información Financiera (UIF) y la AFIP.
Para el caso de otra nueva atribución de la CNV, se designarán veedores con capacidad de veto sobre las decisiones que tomen las empresas que cotizan en el mercado de capitales, en pos de los intereses de los accionistas minoritarios cuando estos sean vulnerados. Algunas voces en contra de esta nueva atribución mencionan que esta facultad puede afectar las garantías del Estado de derecho, impulsando a que las empresas cotizantes se retiren del mercado y desalentando a las nuevas.
Creo que la profundización y la federalización del mercado de capitales es una bocanada de aire fresco, lo que permite mejorar las perspectivas sobre las inversiones productivas, cruciales para el desarrollo y el crecimiento económico de nuestro país. Pero gran parte del éxito o fracaso de la nueva ley dependerá de la reglamentación de los artículos que aún faltan.
Como un antiguo proverbio zen menciona, cuando el maestro le dice al alumno: we will see!
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