Por
Humberto Bonanata
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Como en cada acto eleccionario al ejercer el pueblo todo la soberanía del sufragio universal y secreto, comienzan a despejarse los misterios, caen bajo el poder juzgador del ciudadano las mentiras de campaña y las operaciones de prensa se dan de bruces frente a la realidad.
Repetir que no se vota sólo cada dos años, que la participación libre y democrática aplasta la censura de los corruptos de turno, que defender los valores republicanos conculcados en este lúgubre decenio vale la pena, que la división de poderes no es sólo una expresión de deseos y que la democracia la hacemos entre todos y que todos somos responsables de nuestros fracasos, pareciera una introducción de un manual de educación cívica de sétimo grado. Ciertamente, no por principista ni repetitivo a lo largo del ciclo secundario parece haber calado hondo especialmente en los “hijos de la democracia”, hoy grandulones de treinta años que carecen de justificación alguna en la falta de participación política. Ese desinterés amplía el campo de los inescrupulosos al ejercer el poder con legitimidad de origen duran poco en perderla en su ejercicio. El kirchnerismo es fiel ejemplo de la manipulación in extremis para corromper a jóvenes ávidos de poder sin límites ni escrúpulos. Así nació “La Cámpora” en homenaje a un cobarde servil y traidor de Perón que tanto daño causara en sólo 37 días de desgobierno. Estaba Perón y supo enmendar su error. Estaba Balbín y supieron entenderse, ya demasiado tarde. Estaba López Rega que impidió la fórmula de unidad nacional que hubiera sobrevivido a la partida terrenal del general y hubiera actuado, como lo hizo Italia en ese entonces, con la ley en la mano para combatir al terrorismo subversivo junto al brazo armado del pueblo: las Fuerzas Armadas. No hubiera estado Isabel, ni la triple A, ni la “juventud maravillosa”, ni los extremismos peronistas que nos llevaron a una guerra sin sentido a todos los argentinos. No hubiera existido la guerra civil no declarada por la subversión ni la teoría de los dos demonios, aún no reconocida por los extremismos de quienes se enfrentaron. Sólo hubiera existido la rigurosidad de la ley aplicada bajo el estado de derecho. Pero esta triste historia que por suerte no ha vivido la generación sub-30, hoy nuevamente nos convoca a un ejercicio cívico que no llega a concretarse en su totalidad al no existir internas abiertas en todos los partidos o alianzas políticas. Las P.A.S.O., apoyadas fervientemente por Néstor Kirchner para concretar el 4 x 4 x 4 que la vida le impidió para perpetuarse en el poder junto con su mujer, son un mecanismo rejuvenecedor de la democracia como algún día –esperemos en 2015- lo será la boleta única y el voto electrónico. Si cada agrupación política acorde con su orientación ideológica hubiera convocado a su arco seguidor con diferentes listas como lo hizo UNEN y Compromiso Federal, cada ciudadano hubiera armado “su” lista como no se cansó en campaña en decir Lousteau. En UNEN hay cuatro posibilidades para hacerlo: Solanas-Carrió; Terragno-Lousteau; Prat Gay-Gil Lavedra y Wehbe-Illia. En Compromiso Federal la “picardía peronista” del Alberto Rodríguez Saá lo lleva como único candidato a senador nacional ¿porteño? Con seis colectoras, de las cuales se destaca la encabezada por el ex dirigente universitario de U.P.A.U., Ucedeista de los ochenta y legislador porteño Carlos Maslatón. Los demás partidos o agrupaciones prefirieron arreglar las listas en un cuarto oscuro privadísimo, sólo para ellos, sin participación ciudadana. Como pueblo adolescente que somos, también en esto lo demostramos. Buscamos el atajo para burlar una noble ley que le posibilita a la gente conformar las listas definitivas para el 27 de octubre, fecha de las elecciones legislativas. Lo mismo sucede en varias provincias y en muchas de ellas también aparecen UNEN y Compromiso Federal. Lo destacamos no como recomendación electoral sino como “principio de ejecución del contrato social” de Rousseau que debe primar en una democracia republicana mas no plebiscitaria. Hoy a las 18.00 hrs. todos habremos crecido civilizadamente. Tener memoria es la consigna y tener en claro qué futuro deseamos es nuestro compromiso. Humberto Bonanata |