EN ROSARIO VOLVIERON A ABUCHEAR A CRISTINA…
Los familiares y vecinos de las víctimas de la tragedia del martes insultaron a la presidenta, que fue al lugar del derrumbe del edificio en plena campaña electoral. Criticaron el uso político...
La tragedia de Rosario se metió de lleno en la campaña electoral a escasos cinco días de las PASO y en medio de los cierres de las actividades de los distintos candidatos. Cuando sucedió el siniestro de Once, en el que murieron 51 personas por el mal estado de los trenes, la presidenta Cristina Fernández no fue al lugar a pesar de que estaba a apenas diez minutos de la Casa Rosada. Ahora necesita mejorar la imagen del gobierno nacional que se encamina a derrotas en los principales distritos del país: Buenos Aires, Capital, Córdoba y Santa Fe. Frente a la urgencia electoral, ayer no dudó en concurrir al lugar de la tragedia, donde un escape de gas provocó el derrumbe de un edificio en pleno centro rosarino, causando hasta ayer la muerte de diez personas (ver página 10).
Sin embargo, la caradurez de la presidenta fue recibida con abucheos, insultos y reprobación cuando desplegó todo su aparato de propaganda para fotografiarse entre los escombros, con impecable vestido negro y zapatos de taco alto.
A su regreso de Nueva York, tras participar del Consejo de Seguridad de la ONU, la jefa de Estado arribó a la ciudad santafesina minutos antes de las 14. Se dirigió directamente al lugar de la tragedia: ingresó por la calle Salta y recorrió la zona donde estaba el edificio que estalló. Allí vivió un momento incómodo: varias personas que estaban en el lugar la insultaron, la abuchearon y alguien que no fue identificado le arrojó un botellazo que no llegó a destino. Tras la recorrida y el momento de tensión, los vecinos siguieron quejándose porque entendieron que fue a «hacer política».
Más tarde Cristina pasó por el Centro de Especialidades Médicas Ambulatorias de Rosario (Cemar), el lugar donde se instaló el comité de crisis que concentra toda la información, acompañada por el gobernador de Santa Fe, Antonio Bonfatti, la intendenta de Rosario, Mónica Fein, y el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli.y el secretario de Seguridad Sergio Berni. Pero al salir del hospital, los kirchneristas locales previeron la reacción y contrarrestaron con los acostumbrados aplaudidores, que lograron confundir los insultos con los aplausos.
Minutos después la jefa de Estado se dirigió a la sede de la gobernación, donde estuvo reunida con las autoridades provinciales y municipales. A la salida del palacio gubernamental se produjo un nuevo incidente: un grupo de jóvenes asomó desde el balcón de un edificio ubicado en la calle Dorrego y la insultó en reiteradas ocasiones.
Esto generó la reacción de los militantes rentados K que habían ido hasta la gobernación para evitar el escrache a la presidenta y devolvieron los insultos, por lo que hubo mucha tensión.
Se suspende la campaña bonaerense
Los partidos suspendieron las actividades políticas y los cierres de campañas para las PASO del domingo, que en muchos casos tenían previsto para ayer, que pasaron entre hoy y mañana. El kirchnerismo resolvió levantar el acto que iba a encabezar Cristina Fernández en el Teatro Coliseo para el cierre de la campaña, al igual que los que habían organizado el Frente para la Victoria en la Capital y en la Provincia con sus candidatos. La misma decisión fue adoptada por otros candidatos bonaerenses. Los del Frente Progresista Cívico y Social Margarita Stolbizer (foto) y Ricardo Alfonsín tenían previsto realizar hoy una recorrida por el oeste del conurbano y desistieron de llevarlas a cabo.
Mala reacción K ante las tragedias
Desde la tragedia de Cromañón para acá, el expresidente Néstor Kirchner y su sucesora Cristina Fernández se han tomado su tiempo para sopesar en cuánto se iban a ver afectados políticamente por las catástrofes e incluso por las reacciones populares como la marcha convocada por Juan Carlos Blumberg en 2004 para pedir más seguridad o los masivos cacerolazos del año pasado, cuando el matrimonio presidencial siempre prefirió tomar distancia y callar.
Los ejemplos más claros de la actitud del kirchnerismo frente a las tragedias se vieron en los siniestros ferroviarios de Once y Castelar y en las primeras horas de las inundaciones del 2 de abril en La Plata y Capital. En el caso de las tragedias ferroviarias el gobierno no se pronunció y cuando lo hizo, fue tarde y para deslindar responsabilidades.
En las inundaciones de La Plata, en las que murieron más de 70 personas, Cristina vino a visitar a su madre y justificó los más de dos metros que había en muchas de las casas platenses recordando que cuando era chica el agua le llegaba apenas a los tobillos. En respuesta recibió abucheos e insultos.
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