Antes era una sola. Pero ya se pueden sacar más sin registrarlas. Aunque igual lo recomiendan, por si se pierden. Y así, el plan de poner una tarifa diferenciada para viajar sigue sin fecha de arranque.
Situación 1: local de Pago Fácil.
–¿Tendría la tarjeta SUBE?
–Sí. ¿Cuántas querés? Podés sacar hasta cinco a tu nombre.
Sin información unificada. A veces sin plásticos, y también sin precisiones sobre su futuro. A poco más de cuatro años de su lanzamiento, el sistema que ordena la tarjeta SUBE, que fue creada para aliviar la falta de monedas –un malestar que se replicaba en todos los medios de transporte cuando fue anunciada por la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner– hoy parece estar desbordado y otra vez envuelto en polémicas. La primera fue en su debut, en junio de 2009, cuando empezaron a darla de manera parcial y apurada por los tiempos de campaña electoral. Después, también hubo quejas porque cuando se lanzó el sistema obligaba a dejar registrados todos los datos personales del usuario. Y más tarde, porque solo se permitía sacar una por persona. Según sostenía el Gobierno en ese entonces, ese paso era necesario para identificar al usuario y de esa manera poder armar un padrón con distintas tarifas según “poder adquisitivo del usuario” y tipo de traslados. Pero ahora, eso cambió: en las últimas semanas, el Ministerio de Interior y Transporte “liberó” los plásticos y cualquiera puede sacar más de una sin necesidad de dejar sus datos. Sin explicaciones y con mucha confusión, por ahora el plan de poner una tarifa diferenciada no tiene fecha de arranque oficial.
Situación 2: por teléfono, a través del 0800 SUBE.
–¿Es cierto que se pueden sacar hasta cinco tarjetas por persona?
–Ahora es así. Y no hace falta que dejes tus datos al pagarla. Después tenés 60 días para registrarte, pero podés usarla mientras tanto.
–¿Sin registrarme?
–Sí, no es obligatorio.
Según el Gobierno, el lanzamiento de la SUBE tuvo un impacto positivo, a pesar de su arranque demorado: hasta enero de 2011 solo funcionaba en el 12% de los colectivos metropolitanos, y recién durante el resto del semestre se fueron agregando los demás. Incluso el trámite empezó a agilizarse en febrero de 2012, cuando desde el Ejecutivo apuraron una fecha para dejar de entregarlas de manera gratuita: y desde entonces miles de personas salieron a hacer largas colas incluso bajo el sol para poder obtener una sin pagarla. Así, hasta ahora se lanzaron unas 13 millones de tarjetas.
Para los usuarios también es un buen sistema: en varias recorridas, Clarín comprobó que cuando empezó a funcionar no solo aliviaba la falta de monedas sino que también agilizaba el pago de los boletos, y así, los viajes. Después, vinieron los aumentos para los que no tenían tarjetas. En diciembre de 2012 se aplicó una suba de tarifas que fue aún más fuerte para quienes usaban monedas. Hoy, los plásticos se siguen entregando y ya hay 5.000 puntos de venta y unos 6.500 de recarga en locales de pago de impuestos, kioscos y locutorios de Capital y Conurbano.
Sin embargo, el registro obligatorio con DNI y otros datos personales siguió generando polémicas. Con tanta difusión, que en enero de 2012 el entonces secretario de Transporte de Nación, Juan Pablo Schiavi, defendió la medida con el argumento oficial: con esos datos, “el Gobierno podía subsidiar a personas y no a las empresas de transporte”, podía “saber quién requiere tener un subsidio total o parcial de colectivo, tren o subte” y además permitiría, en algún momento, identificar a aquellos que viajan en varios medios de transporte a sus trabajos y beneficiarlos con una tarifa o el pago de un “tramo único”.
Situación 3: puesto de SUBE en la Sindicatura General de la Nación, en Corrientes 381/5.
–¿Es cierto que no hace falta registrar las tarjetas que se venden en los kioscos?
–Esas son genéricas, no hace falta registrarlas. Nosotros lo recomendamos por si se pierden y quieren denunciarlo y recuperar el saldo. Pero sólo lo recomendamos.
Con la partida de Schiavi de su cargo tras la tragedia de Once que dejó 51 muertos y 700 heridos, y con Florencio Randazzo ya como ministro de Interior y Transporte, el Gobierno retomó la intención de personalizar las tarifas y subsidios según el patrón de uso de la SUBE. Randazzo lo confirmó en julio de 2012: detalló que la intención era beneficiar a los que tienen menor poder adquisitivo y que los datos del registro de las tarjetas servirían para armar ese padrón. ”La intención es avanzar hacia un escalonamiento tarifario: ese es el objetivo que tenemos”, dijo en hace un año. Pero las novedades aún no llegaron. Junto con el último aumento del boleto, por ahora los únicos beneficiarios de subsidios para viajar en unos 18.000 colectivos y 250 estaciones ferroviarias de la red metropolitana son jubilados, pensionados, ex combatientes, empleadas domésticas y beneficiarios de planes sociales.
Fuente: Clarín