Los investigadores judiciales esperan el resultado de la autopsia para saber las causas de la muerte de Lucía Cañete Núñez, de 14 años; familiares y vecinos pidieron el esclarecimiento
LA PLATA.- Fue otro lamentable final. Lucía Cañete Núñez, la adolescente de 14 años que había desaparecido el martes pasado de su casa, fue encontrada ayer muerta en el margen de un arroyo de la zona de 30 y 98, en el barrio platense Altos de San Lorenzo.
Fuentes judiciales dijeron a LA NACION que, en principio, el cuerpo de la menor no presentaba signos de haber sido estrangulada ni violada. «Parece que simplemente se ahogó. De todas maneras, vamos a esperar el resultado de la autopsia para saber el verdadero motivo del deceso», explicó un investigador judicial.
Cañete Núñez padecía un problema neuronal como consecuencia de una meningitis, que le provocaba un leve retardo mental. Era la octava hija de 12 hermanos y vivía con su familia en una humilde casa situada en las calles 28 y 90, en el barrio Altos de San Lorenzo, en La Plata.
Su padre, Felipe Cañete, en diálogo con a LA NACION, contó que el martes pasado, a las 8, la madre despertó a Lucía para desayunar, pero luego de preparar la leche la llamó y no respondió.
«La puerta de la casa estaba abierta y no se encontraba en la habitación. Se había escapado. A veces lo hacía, pero se quedaba en el campito jugando y los vecinos siempre nos avisaban. Pero ese día no apareció», sostuvo el hombre, de piel curtida, y sus ojos se volvieron vidriosos.
La familia Cañete organizó la búsqueda. Se presentó en la comisaría 8a. de La Plata para hacer la denuncia y avisó a los vecinos.
«La policía no nos escuchó porque somos humildes. Le pedimos a la televisión que enviara un móvil, pero nadie nos ayudó. Por eso ayer salimos a cortar la calle y recién ahí comenzaron a preocuparse», dijo Gabriel Cañete, hermano de la menor.
«Lucía -agregó el hermano- era una de la más chicas de mis hermanas. La queríamos todos. Siempre jugaba en la canchita del barrio. Le gustaba andar en bicicleta y los vecinos siempre estaban atentos por su problema. No se qué habrá pasado, pero quiero que se haga justicia.»
La movilización con piquete de familiares y vecinos se hizo anteayer en 90 y 137. Allí, distribuyeron fotocopias con la imagen de la adolescente y los números de los teléfonos celulares para que se puedan comunicar.
«AVERIGUACIÓN DE PARADERO»
Fue entonces cuando personal de la comisaría 8a. y de la Jefatura Distrital Villa Elvira desplegó un exhaustivo operativo de búsqueda, al que se sumaron efectivos de la Dirección Departamental de Investigación (DDI) de La Plata. La causa judicial fue caratulada como averiguación de paradero.
No bien la policía comenzó a rastrillar el barrio, una vecina denunció que un remisero había «levantado» a una menor mientras la llevaba a ella en un viaje, por lo que se encendieron las luces de alerta y los policías dedicaron varias horas a encontrar a ese chofer.
Sin embargo, cuando lo encontraron, descubrieron que sólo había querido quedarse con el dinero de un viaje. La hipótesis del chofer también fue descartada por las fuentes judiciales
Ante las versiones que circularon en un primer momento sobre que el cuerpo de la adolescente tenía muchos golpes, una fuente judicial consultada por LA NACION dijo: «No es cierto lo que se dice. A primera vista no hay señales de que la niña haya sido golpeada y no tiene la cara desfigurada».
El vocero judicial agregó: «Todo indica que la causa de la muerte habría sido asfixia por inmersión».
El caso es investigado por la Unidad Fiscal de Investigaciones (UFI) N° 2 de La Plata, a cargo del fiscal Tomás Morán, e interviene el juez de Garantías de esta ciudad, Guillermo Atencio.
Anoche, la madre de la menor, Elena Núñez Maidana, y dos hermanos se encontraban en la morgue judicial a la espera de los resultados de la autopsia y la entrega del cuerpo.
«No pude ni siquiera ver en qué condiciones estaba mi hija cuando la encontraron muerta. Me siento mal. Mi mujer fue hacer los trámites y nosotros esperamos que vuelva rápido», dijo el padre de la adolescente.
Muy angustiado por la muerte de su hija, el hombre agregó: «La verdad no tengo palabras para calificar lo que pasó. Me siento mal. Los hermanos me preguntan por ella y no sé qué decirles. Sólo quiero que se esclarezca»..
fuente: La Nación