Muchos lo sabían, pero no se hizo nada para detenerlo. Se pudo haber evitado; sin embargo, el desenlace fue el peor. Dos muertos y varios heridos, la consecuencia de otro brutal enfrentamiento entre las dos facciones de la barrabrava de Boca. Pero… ¿A qué hora se empezó a ‘diagramar’ dicho cruce? ¿Hubo ‘acampe’ desde el día anterior? PLAYFUTBOL informa cómo fueron las horas previas a lo acontecido
Fue, literalmente, una zona de guerra. Las adyacencias del Nuevo Gasómetro se asemejaba más a un campo de batalla que a las calles de un barrio lindero a un estadio de fútbol. Más de 20 ‘fierros’ con punta estilo ‘indio’, casi un centenar de vainas y decenas de policías.
Éste fue el escenario que quedó en el Bajo Flores luego del brutal enfrentamiento entre las dos facciones de la barra de Boca. El resultado, fue el peor: dos muertos, varios heridos y promesa de venganza.
Pero… ¿Desde cuándo comenzó a ‘diagramarse’ lo acontecido? PLAYFUTBOL comenta cómo fueron las horas previas.
Desde el sábado por la tarde, los máximos responsables de la seguridad sabían que desde ambas facciones estaban ‘armándose’ para enfrentarse en la previa al partido que debían disputar San Lorenzo y Boca. Por este motivo, tantos efectivos policiales para un encuentro amistoso (650 más Seguridad Privada); mismo motivo por el cual se realizó un operativo especial en la Bombonerita, lugar donde muchas veces se juntan los barras.
Pero allí no sucedió nada. Todo se dio en las intersecciones de las calles Lafuente y Janer, sitio donde estaba ubicado el primer cordón policial.
Y el ‘movimiento’ comenzó bien temprano. A las 12:30 (seis horas antes que arranque el partido), llegaron aproximadamente 300 personas que responden al Grupo de Lomas. ¿El objetivo? Ingresar antes que sus ‘adversarios’ y quedarse con el centro de la tribuna.
Con el operativo policial pautado para comenzar a las 15, la zona no tenía el control adecuado (¿hubiera servido de algo?). Enterados que sus ‘rivales’ ya estaban por la zona, la barra ‘oficial’ llegó al lugar a las 14:20, con claras intenciones de realizar una emboscada.
A partir de esto, la batalla. Ésa que derivó en la muerte de dos personas. El enfrentamiento, en un principio, comenzó con peleas ‘mano a mano’, ‘cuerpo a cuerpo’, con los objetos filosos. Sin embargo, estos últimos, viendo que eran superados en cantidad de personas, empezaron a los tiros. Del otro lado, llegó enseguida la respuesta. En total, un centenar de disparos.
Todo este enfrentamiento duró 20 minutos. Una eternidad.
Ya pasadas las 16 (cuando el estadio ya debía estar abierto), se conoció el primer fallecido. Luego se supo que se llamaba Marcelo Carnevale y que tenía 35 años. Esta persona murió en el mismo lugar del hecho, más precisamente en las intersecciones de las calles Riestra y Lafuente.
Apenas conocida la noticia, sólo se tardó algunos minutos en suspenderse el partido. Luego, también se confirmó que había otro muerto. Ángel Díaz, de 44 años, falleció en el Hospital Santojianni, donde había llegado herido de bala en la zona dorsal.
Todo transcurrió en algunas horas. Pero se venía diagramando con una logística diagramada durante varios días. Todos los sabían, pero nadie hizo nada para evitarlo.
Así está hoy el fútbol argentino, dependiendo de unos violentos que ya nadie puede parar (en realidad, nadie quiere ‘parar’, ya que no hay decisiones serias para hacerlo). Sabiendo que este episodio ya es pasado. Pero también consciente que este grave problema es presente y futuro.
Fuente: INfobae