El martes pasado Sergio Massa hizo su primera aparición de campaña en la televisión en el programa Animales Sueltos, en el que fue reporteado por Alejandro Fantino. Como es su costumbre, evitó respuestas contundentes, salvo su oposición a la reforma constitucional y a la reelección y su amplio respaldo a la Corte Suprema de Justicia. Parece tener en claro que este discurso poco definido le permitió superar la prueba del lanzamiento y seguir muy arriba en las encuestas, en torno al 35%, que es lo que le adjudican los encuestadores contra el 25% de Martín Insaurralde. Éste, aparte de semidesconocido, lleva la pesada carga del cristinismo, que está en su peor momento político y económico. Pero tal vez el factor más importante es que las expectativas sociales son francamente negativas. O sea, que la mayor parte de la gente no cree que el gobierno pueda mejorar su situación económica en el futuro y gravita en esto que la inflación de junio bordeó el 2% y para julio se habla de un 3%. Esto hace que los aumentos logrados en la mayoría de las paritarias no los sientan la mayoría de los trabajadores bajo convenio. Este sector es, junto con los beneficiarios de los planes sociales (asignaciones por hijo y planes Argentina Trabaja), el que sostuvo hasta ahora al cristinismo en el poder. Se trata de sectores que no parecen temer que Massa sea un peligro para las conquistas de estos últimos diez años. Es sabido que el éxito de la década ganada se debe a la combinación entre soja, suerte y tasas de interés internacionales bajísimas. Sin embargo, a partir del 2012 la estanflación cortó este ciclo y el núcleo duro del cristinismo no cree lo que dice: que la economía creció el 7% en abril. Es que en la calle sigue la malaria, los precios no paran de subir y en el interior de Buenos Aires la cosecha récord de soja y maíz, como dice el gobierno, no se advierte de ninguna manera. En los pueblos la tendencia es a no gastar los pesos y mucho menos cambiar los dólares y la soja. Hasta ahora, se habrían liquidado 23 millones de toneladas contra los 48 millones que dice el gobierno que alcanzó la cosecha total de soja. La realidad es que no se trataría de 48 millones sino de 45. Habría 6 o 7 millones que se fueron de contrabando a Uruguay y Paraguay. Y como el blue bajó a $ 8,09 ayer pero estuvo más bajo desde hace un mes atrás, ya no es negocio comprar maquinaria ni 4 x 4 de alta gama. Esto último es lo que pasaba cuando el dólar blue estaba a10 pesos.
Poco vulnerable
En el cuidadoso acto de lanzamiento de Massa no hubo fotos del general Perón ni de Eva Perón ni se cantó la marcha peronista y sólo mencionó aquel abrazo entre Perón y Balbín. Es que varios intendentes radicales que estuvieron con Julio Cobos hoy integran el massismo. Las críticas que hasta ahora ensaya la Casa Rosada, acusando al tigrense de no ser coherente, no parecen tener demasiada efectividad. Da la impresión de que el kirchnerismo todavía no se repone de la sorpresa por lo ocurrido en Buenos Aires. Acostumbrado a tener siempre la iniciativa, no estaría preparado para una situación como ésta. Aunque no es menos cierto que está obligado a reaccionar y rápidamente.