Los lazos construidos férreamente entre el ex presidente Néstor Kirchner y el Camionero, comienzan a deshilacharse. La presidente recibió a la madre y los hermanos del militante asesinado, Mariano Ferreyra, mientras que el gremialista argumentó la imposibilidad de acordar el “pacto social” con los industriales. El signo más directo de la distancia oficial fue ayer cuando la mandataria no concurrió a la reunión del PJ provincial. El vacío al sindicalista esta vez se urde desde arriba.
Ya no son solamente los intendentes los que pueden erosionar el poder político y gremial de Hugo Moyano. Más allá de los manotazos que despliegue Daniel Scioli para contener los desbandes internos, ahora la estrategia de marginación se teje desde bien arriba.
Es que la lejanía entre el Ejecutivo nacional, más precisamente de la propia presidente Cristina Fernández, asoma ya evidente, y sin ningún interés de que parezca solapada o protegida.
En un claro mensaje por elevación para el cegetista, la mandataria nacional recibió a e la Casa de Gobierno a Beatriz Rial, madre de Mariano Ferreyra, en un encuentro del que participaron también Ricardo, Pablo y Rocío Ferreyra, hermanos del joven asesinado.
Recordemos que el militante del Partido Obrero fue baleado por una patota sindical de la Unión Ferroviaria que atacó a empleados tercerizados que habían sido despedidos. La situación salpica al titular de Camioneros ya que José Pedraza, uno de los involucrados, es integrante de la CGT.
Como contrapartida, Moyano, que sabe de reacciones rápidas, puso en el freezer el pacto social a desarrollar con los empresarios y que es impulsado fuertemente por el gobierno nacional.
La Confederación General del Trabajo (CGT) decidió suspender «sin fecha» la reunión del Consejo Directivo que debía realizarse y que era esperada ansiosamente por el poder oficial.
Desde Nación admiten que las posibilidades para llegar a un acuerdo tripartito están dadas, sin embargo las señales dadas por el gremialismo se dirigen hoy por hoy hacia otros lares.
La justificación sindical, llamativamente porque contradice su rol esencial de luchar por los derechos de los trabajadores, se basó en que sería “muy prematuro hablar ahora de pautas de pautas salariales” y que debe esperarse a Marzo. Por eso, hay olor a presión y por lo que se observa pretende desde lo político bien arriba.
El guantazo de la presidente no fue menor. La invitación especial cursada hacia su figura para asistir al tercer encuentro de un Consejo provincial cargado de anomalías y resistencias, por el conflicto entre el Camionero y los Caciques, resultó desestimada cuando la mandataria desistió de participar y no desembarcar en la Gobernación.
Su asistencia era esperaba con desespero para intentar saldar de una vez las diferencias que recrudecieron nuevamente entre los Jefes y el sindicalismo provincial.
El vacío de la mandataria al moyanismo y a su titular, siendo una especie de líder partidaria a todo nivel, sólo muestra a las claras cuál puede ser la postura oficial del momento y de lo que se viene: lejanía y disyuntivas que saben ya a marginación.
Fuente: www.agenciacna.com