Lo único que parece no estar en duda es la participación del portero Jorge Mangeri. El hallazgo de su ADN en las uñas de la víctima es la prueba clave que sostiene toda la acusación por el homicidio. Sin embargo, y a poco de cumplirse un mes del caso, el juez Javier Feliciano Ríos todavía no pudo establecer el móvil del crimen ni la mécanica. Tampoco la escena dónde se produjo el asesinato.
A poco de cumplirse un mes del crimen de Angeles Rawson, y con el principal acusado imputado por el delito de «homicidio agravado por alevosía», los investigadores del caso todavía no lograron revelar los tres interrogantes básicos en cualquier asesinato: dónde, cómo y por qué fue asesinada la víctima.
Lo único que parece no estar en duda es la participación de Jorge Mangeri. La prueba de ADN es contundente, y no merece discusión pese a las dudas planteadas por sus abogados en la cadena de custodia, donde creen que la prueba pudo haber sido manipulada.
En el autos de procesamiento contra Mangeri -dictado ayer por el juez Javier Feliciano Ríos-, y al que tuvo acceso Online-911, se explica que no se pudo establecer el lugar dónde ocurrió el crimen.
La versión original indicaba que habría sido asesinada en el sótano, ubicado a escasos metros del departamento donde vivía la víctima. También se sugirió la posibilidad de que el crimen hubiese sido cometido en el piso octavo, donde el portero vive con su mujer. Sin embargo, la declaración de un testigo que se destaca en el escrito indica que la chica pudo haber sido asesinada en la terraza.
Ese vecino en cuestión «manifestó haberse sorprendido cuando en horas del mediodía del día del hecho, se encontró casual e intempestivamente con el causante en la terraza” y agregó que le llamó la “atención el escaso diálogo que mantuvo con el mismo, quien no respondió a una de las frases que le dijo, y que Mangeri estaba vestido con shorts y remera, y quizás descalzo”, por lo que pudo haber sido ese el lugar del crimen.
En todos los casos, los peritos recolectaron muestras biológicas pero los resultados todavía no se conocen. Recién estarán listos dentro de una semana.
Sobre la mecánica del crimen, el juez explica que el cuerpo presentaba varias lesiones previas a su muerte: «Las fundamentales eran una fractura de la clavícula derecha, una fractura del maxilar inferior, y otra fractura de la columna cervical y de la base del cráneo; y que el mecanismo probable de producción fue a consecuencia del aplastamiento progresivo de la superficie corporal en sentido anteroposterior».
El estado en el que fue hallado el cuerpo, después de pasar por las distintas etapas del proceso de la basura, dificultó el trabajo de los forenses, quienes de todos modos descartaron un ataque sexual.
Respecto al móvil, el magistrado indica que el acusado conocía a la víctima desde hacía varios años, cuenta que ella solía ir a su domicilio cuando era más chica pero no explica por qué el 10 de junio pasado el portero terminó con su vida. La respuesta la tiene una sola persona: Jorge Néstor Mangeri.
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