Un yihadista de la red de Ceuta mató a 130 personas en un atentado en Siria

Atentado-de-un-yihadista-de-la_54376890905_53699622600_601_341Se trataría de Rachid Wahbi, un taxista ceutí de origen marroquí y de 33 años

Madrid. (EFE).- La red  de reclutamiento de terroristas islamistas  desarticulada ayer en Ceuta envió a Siria al  yihadista que perpetró un atentado suicida contra el campamento Al  Nairab, el 1 de junio de 2012, en el que murieron 130 personas, según  un vídeo difundido hoy por el Ministerio del Interior.

Se trataría de Rachid Wahbi, un taxista ceutí de origen marroquí y de 33  años, que viajó con ayuda de la red desarticulada a Siria para combatir en las  filas de Al Qaeda contra el régimen de Bachar Al Asad y acabó empotrando contra  un cuartel el camión bomba que conducía.

Rachid, que dejó mujer y dos hijas, había partido hacia Siria el 17 de abril  de 2012 con otros dos ceutíes (Mustafa e Ismael) y dijo a su familia que viajaba  invitado por unos ciudadanos de ese país que vivían en Granada. Los últimos  datos acerca de su muerte fueron facilitados por uno de sus compañeros de viaje,  Mustafa, también de origen magrebí y natural de Ceuta, quien comunicó a la  familia que Rachid falleció el 1 de junio, presuntamente víctima de un atentado,  según la información publicada entonces por el diario El Faro de  Ceuta.

El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha asegurado hoy en rueda de  prensa que la red desarticulada pudo llegar a enviar a cincuenta yihadistas a  Siria para integrar dos filiales de Al Qaeda que operan en esa zona en conflicto  y cometer atentados, alguno de ellos suicida.

La red desmantelada tenía dos bases de actuación, una en Ceuta -desde la que  salieron una decena de yihadistas, entre ellos un menor- y otra en Marruecos, y  desde allí eran enviados hasta Turquía para ser recogidos por «los  facilitadores» que, bajo extremas medidas de seguridad, les llevaban a las zonas  de Siria en conflicto.

Los integrantes de la red cruzaban continuamente la frontera entre Ceuta y  Marruecos tanto para captar, reclutar y enviar yihadistas a Siria como  parainformar a sus familias de su situación en los campos de entrenamiento o de  los fallecimientos, ya que si alguno moría en un atentado, como así consta en la  investigación, se les entregaba a sus familiares el llamado testamento  yihadista.

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