“De Boca nada que ver”

rodMora rechazó los rumores sobre un supuesto interés de Boca ante la consulta de Olé. El uruguayo se va de River muy agradecido por el cariño de los hinchas.

Para muestra, alcanza y recontrasobra el último botón.

La foto que ilustra esta página la publicó Rodrigo Mora en su cuenta de Twitter. De espaldas está su hijo Máximo, quien el sábado cumplió un año y el uruguayo encontró esta manera para compartir el festejo en la red social.

Podría haber elegido una camiseta de Juventud de las Piedras, de Defensor Sporting, de Cerro, de Peñarol, de la selección uruguaya o del Benfica, pero no: le puso la de River, con su número y su apellido. Y aunque es un hecho que se irá, hay muchas cosas que no olvida de esta última temporada.

Y como hay cosas que no olvida, responde con firmeza cuando Olé lo consulta sobre los rumores que dieron vuelta en las últimas horas. “De Boca nada que ver”, dice con firmeza por eso de que Bianchi lo quería para su equipo, de que Ramón Díaz elogió a Silva, de que a Botta (lesionado) lo compraría el Inter pero llegaría a Núñez y de que Orban iría a Boca. Sí, raro, cruzado, utópico…

Lo concreto es que Mora jugará por última vez en River este domingo (si es que Ramón le da algún minuto). También es cierto que hubo una consulta de alguien vinculado a Boca con alguien no tan cercano al delantero. Y es casi un hecho, además, que la carrera de la Pulga seguirá en el exterior (pero no en el Benfica).

Mora se va después de eclipsar a los hinchas de River desde aquella aparición en el Monumental en un 3-3 con Newell’s. Los otros cinco goles en el Inicial (uno a Boca). La satisfacción por recibir tanto cariño de los hinchas. La gratitud por escuchar el “uruguayo, uruguayo”. El deseo público, en los primeros días del año, de que le compraran el pase. El estallido de verano en los superclásicos. El pedido de 12 goles de Ramón Díaz. Y el bajón: mezclado con algunos problemas personales, el atacante de 25 años fue titular en las siete primeras fechas del torneo y listo; después debió conformarse con puchitos de partidos.

En un fútbol tan cambiante, ningún hincha de River pataleará por su partida. Sí la lamentará. Y no lo verá con la de Boca…

Fuente: Olé