«No habrá más tolerancia» con las manifestaciones en Turquía, advierte Erdogan

Turquia
(AFP) –ANKARA — El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, aseguró este martes que su gobierno no dará más pruebas de «tolerancia» hacia los manifestantes que reclaman su dimisión.
«Me dirijo a aquellos que quieren continuar con estos acontecimientos, que quieren seguir aterrorizando: este asunto ya se acabó. No habrá más tolerancia», señaló en el Parlamento de Ankara, ante los diputados de su Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), unas horas después de que la policía retomara el control de la Plaza Taksim de Estambul, cerca del parque Gezi.
«El parque Gezi es un parque, no una zona de ocupación», indicó anteriormente en su comparecencia Erdogan, a propósito del parque convertido en el centro de la protesta antigubernamental que agita al país desde haca 12 días. «Invito a todos aquellos que son sinceros a retirarse», lanzó.
Las manifestaciones en Turquía se han cobrado la vida de cuatro personas, tres manifestantes y un policía, declaró también el primer ministro. «Tres jóvenes y un policía han muerto en los acontecimientos», indicó Erdogan. La Asociación Turca de Médicos (TBB), por su parte, mantenía su anterior balance de tres muertos.
La policía turca recuperó este martes por la mañana el control de la Plaza Taksim de Estambul, en la víspera de una reunión con representantes de la contestación.
Sin embargo, al promediar la mañana, continuaban los enfrentamientos en la plaza, donde la policía rechazaba regularmente a los manifestantes disparando granadas lacrimógenas o usando los cañones de agua.
Poco antes de las 08H00 (05H00 GMT), unos elementos de las fuerzas de seguridad con equipos antidisturbios se apoderaron de la emblemática plaza del centro de la megalópolis turca, rechazando a varias decenas de contestatarios que habían pasado la noche allí. Las fuerzas de seguridad dispararon varias salvas de granadas lacrimógenas y utilizaron cañones de agua.
Inmediatamente, decenas de jóvenes con cascos y máscaras de gas reaparecieron detrás de las barricadas levantadas en las calles aledañas y respondieron lanzando piedras y cócteles molotov.
«Nosotros lucharemos, queremos libertad. Somos combatientes de la libertad», declaró a la AFP uno de ellos, Burak Arat, de 24 años, que pasó la noche en el parque Gezi, un pequeño jardín público cuya destrucción anunciada provocó el 31 de mayo la sublevación antigubernamental que actualmente agita toda Turquía.
Hasta este martes, la policía se había limitado a ocupar Taksim, pero no había intervenido en dicho parque, donde cientos de militantes que lo ocupan se despertaron, incrédulos, por la intervención de las fuerzas del orden, constataron los periodistas de la AFP.
«Nuestra intención es sacar los carteles y los dibujos de la plaza. No tenemos otro objetivo», aseguró el gobernador de Estambul, Huseyin Avni Mutlu, en su cuenta en Twitter.
La policía se dirigió a los ocupantes con megáfonos para confirmar que no entraría en el parque.
Las fuerzas del orden habían salido de la Plaza Taksim el 1 de junio, después de casi 24 horas casi ininterrumpidas de enfrentamientos con cientos de manifestantes, convocados por las redes sociales para denunciar la brutalidad policial en la evacuación del Parque Gezi en la madrugada del 31 de mayo.
Varios cientos de manifestantes asociativos lo ocupaban desde hacía varios días para denunciar el arranque de los 600 árboles del parque en el marco de un controvertido proyecto de acondicionamiento de la Plaza Taksim.
Desde que la policía se retiró, la Plaza Taksim recibe todos los atardeceres a miles de personas y algunos días decenas de miles, que exigen la renuncia del jefe del gobierno islamista-conservador, acusado de excesos autoritarios y de querer «islamizar» a la sociedad turca.
La simbólica recuperación de la Plaza Taksim tiene lugar un día después del anuncio de un encuentro, previsto el miércoles, entre Erdogan y unos representantes de la contestación, a los que el jefe del gobierno calificó de «saqueadores» y «extremistas».
«Nuestro primer ministro dio cita a algunos de los grupos que organizan esas manifestaciones», declaró el lunes al anochecer el viceprimer ministro Bülent Arinç al terminar el consejo de ministros. «Nuestro primer ministro escuchará lo que tienen que decir», añadió.
Al mismo tiempo que anunciaba este primer gesto concreto de Erdogan para calmar los ánimos, Arinç agregó que «las manifestaciones ilegales ya no (serán) toleradas en Turquía», abriendo el camino para la intervención de este martes por la mañana.
El primer ministro, seguro del respaldo de la mayoría de los turcos, adoptó un tono muy firme desde el comienzo de la crisis, señalando que los contestatarios debían esperar a las elecciones municipales de 2014 para manifestar su descontento.
En 2011, su Partido de la Justicia y del Desarrollo (AKP), surgido del movimiento islamista, obtuvo el 50% de los votos.
El gobernador de Estambul, Hüseyin Avni Mutlu, justificó la intervención de este martes afirmando que los manifestantes mancillaban «la imagen» de Turquía. «El espectáculo (de estos manifestantes) contrarió a la población (…) y mancilló la imagen del país ante el mundo», declaró Mutlu en una rueda de prensa.