Le dieron cuatro balazos en una entradera: está grave

La PlataUn gerente de una concesionaria de autos de La Plata trató de evitar una entradera en su casa y recibió cuatro disparos. Uno de los proyectiles le perforó un pulmón y anoche la víctima permanecía en terapia intensiva. Después del ataque, los asaltantes escaparon en el mismo vehículo en el que llegaron y no se llevaron nada.

Con ese episodio, es el tercer asalto que el hombre padeció. Uno de ellos, en 2002, ocurrió con la misma modalidad delictiva y le dispararon a la cabeza, pero el tiro sólo le produjo lesiones leves.

El viernes, poco antes de la medianoche, Mario Oscar Amespil (64), llegó a su casa de la esquina de 23 y 39 en el barrio La Loma y entró el auto en el garaje. Apenas bajó del vehículo y cuando se disponía a cerrar el portón –que da sobre 39 al 300– fue sorprendido por dos ladrones armados que aparecieron en un Ford Fiesta.

De acuerdo con los primeros datos de la investigación, se trataría de jóvenes de entre 18 y 20 años. Uno de ellos estaba vestido con un buzo de color oscuro.

Amespil habría intentado defenderse y evitar que los ladrones entraran a la vivienda.

Hubo algunos empujones y en ese momento recibió cuatro disparos.

Uno de los proyectiles le ingresó por la espalda –del lado derecho–, otro le afectó la rodilla del mismo lado y los restantes le provocaron heridas en la pierna, a la altura de la ingle.

Cuando el gerente cayó al piso, los delincuentes escaparon sin llevarse ninguna pertenencia por la calle 23, en dirección a la avenida 32.

En el interior de la propiedad de Amespil, su esposa, Nora Del Potro (58) –quien trabaja como asistentes social– escuchó los gritos y enseguida salió a la calle.

El hombre se mantenía consciente y alcanzó a describir parte de la situación. La familia pidió ayuda al 911 y en pocos minutos Amespil fue trasladado en un patrullero al Hospital Italiano de la capital bonaerense.

Por la lesión en el pulmón, apenas ingresó al centro asistencial el hombre fue derivado al quirófano para una operación.

Anoche permanecía grave, en terapia intensiva, pero estabilizado.

En el lugar del hecho la Policía secuestró en la vereda una munición intacta de calibre 9 milímetros y una cadenita de plata con un crucifijo.

No es la primera vez que Amespil padece una “entradera”. En abril de 2002, un delincuente armado lo esperó a que bajara de su auto y lo atacó. También fue de noche y la víctima intentó una defensa. Recibió un disparo de un arma calibre 22 y la bala le rozó la cabeza, pero sólo le provocó una lesión leve que no requirió internación.

Tiempo después tuvo que denunciar otro robo, pero en esa ocasión los ladrones se llevaron objetos de valor de la casa cuando estaba vacía.

La causa quedó a cargo de la fiscal de La Plata Ana Medina.

Fuente: Clarín