Crimen en Palermo: el portero del edificio fue indagado por la jueza y dijo ser inocente

El hombre, que se encuentra preso en el penal de Ezeiza, negó todos los cargos. Quedó imputado como partícipe de un homicidio agravado «criminis causa». Su detención fue ordenada por la fiscal en base a una filmación que lo muestra abriéndole la puerta a la mucama sospechada de haber cometido el crimen y por haber mantenido cuatro comunicaciones telefónicas con la mujer que es buscada por la Policía.

El portero que está preso por el crimen de la mujer que murió asfixiada durante un robo en su departamento de Palermo dijo ante la jueza que es inocente, pero quedó comprometido por no contarle a la Policía que había hecho ingresar al edificio a una de las presuntas asesinas y porque recibió cuatro llamadas de la mucama que está prófuga.

Fuentes judiciales informaron hoy que en las últimas horas fue indagado el imputado Patrocinio Pérez González (59), de nacionalidad paraguaya y conocido como «Carlos» en el edificio de la avenida Del Libertador 3122, donde él trabaja como ayudante de portería y el sábado apareció asesinada Alicia Ruth Sasson (53).

Ante la jueza de instrucción Karina Zucconi, Pérez González negó todos los cargos, y por consejo de su abogado, Angel Ramallo, luego se negó a contestar preguntas de la magistrada.

El acusado quedó preso en el penal de Ezeiza, imputado como partícipe de un homicidio agravado «criminis causa», es decir, matar para ocultar otro delito, en este caso el robo, y lograr la impunidad, que prevé la pena de prisión perpetua.

Ramallo aseguró a Télam que su cliente «es inocente», que «nunca supo que las dos mujeres que están siendo buscadas iban a cometer un robo y mucho menos un homicidio en el departamento de la víctima» y que si está preso es «por los nervios que le generó ser interrogado por la Policía».

Una de las pruebas por las que la fiscal Graciela Bugeiro pidió la detención del empleado del edificio son cuatro llamadas entrantes que hay en el celular de Pérez González la misma mañana del crimen, desde la línea de celular que empleaba la mucama prófuga, también paraguaya y quien se hacía llamar «Silvia Cáceres», una identidad falsa según los investigadores.

Todas las comunicaciones son previas al horario del homicidio -estimado entre las 8.30 y las 9-, y antes de que el marido de la víctima, Isaac Juejati, se retirara del departamento rumbo al templo judío, donde fue a orar, como hacía todos los sábados.

La primera llamada quedó registrada en el celular del detenido a las 7.10 y no hubo comunicación porque el tiempo de duración indica cero segundos; la segunda fue a las 7.12, hubo contacto y duró 1 minuto con 12 segundos; la tercera fue a las 7.48 y tampoco hubo diálogo; y la cuarta y última, a las 7.50, tuvo una duración de 1 minuto con 5 segundos.

En el sumario de la comisaría 53 -al que tuvo acceso Télam-, se remarca que en la primera entrevista que tuvo con el personal policial que llegó a la escena del crimen, Pérez González contó que a las 9.30 de la mañana de aquel sábado y antes de que el marido de la víctima regresara del templo, vio salir sola del edificio a «Silvia», la mucama de la víctima.

Pero cuando la Policía revisó los videos de las cámaras de seguridad, advirtió no sólo que «Silvia» se había retirado a las 8.58 con otra mujer desconocida y ajena al edificio, sino también que fue el propio Pérez González quien, a las 8.28, le había permitido el ingreso al edificio a esa sospechosa.

Esto ocurrió minutos después de que el marido de Sasson se retirara del edificio, rumbo al templo judío, donde fue a orar como lo hacía todos los sábados.

Según el sumario policial, en el video se ve que Pérez González no sólo le abre la puerta a la extraña, sino que la acompaña en el hall y le indica las escaleras por donde debía dirigirse al 1ro. «B», el departamento donde después fue asesinada la víctima.

En su declaración testimonial en la comisaría y antes de quedar preso, el encargado explicó que si en su primera entrevista con la Policía no mencionó la llegada de esta mujer fue porque cometió «un error» en dejar ingresar una extraña al edificio sin consultar al propietario y no quería «tener inconvenientes» con su trabajo.

También dijo que si le abrió a la desconocida fue porque unos minutos antes de que Juejati se retirara al templo, la mucama «Silvia» le avisó a través del portero eléctrico que iba a llegar una amiga para ver un trabajo en la casa de la hija de su patrona.

El abogado Ramallo anunció que pedirá ante el juzgado una serie de medidas y una ampliación de la indagatoria para que su cliente «brinde las explicaciones pertinentes».

Por otra parte, fuentes policiales indicaron que los detectives de la comisaría 53ra. y de la División Homicidios continúan trabajando en la identificación, localización y captura de las dos sospechosas: la mucama «Silvia» -cuyo DNI anotado en los recibos de sueldo no concuerda con la identidad que dio-, y la desconocida que había ingresado y escapó después con la empleada doméstica.

El crimen fue descubierto el sábado pasado por el viudo cuando a las 11.40 regresó del templo, encontró la puerta de servicio de su departamento entreabierta y, al ingresar a su
dormitorio, halló a su mujer desvanecida, atada de pies y manos con medias de nailon, arrodillada a un costado de la cama, con la cabeza apoyada en el colchón y una sábana con sangre junto a su cara.

El hombre le cortó las ataduras, intentó reanimarla, pero Sasson había muerto por asfixia, cuando la sofocaron con las sábanas y almohadas ensangrentados que encontraron a su alrededor.

La mucama, que trabajaba desde marzo con el régimen de cama adentro, había desaparecido, y en el dormitorio se constató que habían revuelto todo el placard y de allí se robaron unos 3.000 pesos, un billete de cinco dólares y las joyas que Sasson guardaba en una caja de seguridad que apareció abierta.

Fuente: Online-911