Ya sea porque se tratará de un año electoral o porque se transformó en el caballito de batalla del Gobierno a la hora de discutir sobre política social, lo cierto es que la presidenta Cristina Kirchner apostará todas sus fichas en 2011 a reforzar el programa de asignación universal por hijo (AUH) que se lanzó hace un año y que llega a 3,7 millones de niños en todo el país.
Al anuncio de ayer, que contempla a los trabajadores temporarios, se sumará antes de fines de año un agregado para la asignación por hijo. En esta estrategia no sólo se contempla la intención de aumentar el presupuesto de ese plan, sino que en la Casa Rosada también se evalúa subir el número de beneficiarios y el monto de $ 220 mensuales por hijo que hoy reciben 1.927.000 familias.
La intención oficialista se reflejó en el proyecto de ley de presupuesto 2011 que había elaborado el Gobierno y que el Congreso no pudo aprobar. Allí se preveía incorporar 200.000 beneficiarios al programa de AUH e incrementar el presupuesto de ese plan en $ 1783 millones (21,4%) con respecto a este año. Si se cumplen esas metas el plan ascenderá a $ 10.083 millones.
Algo de esto también dejó entrever la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, que hace una semana, en un simposio en la Universidad de Derecho de la UBA, recordó una frase de Néstor Kirchner que decía: «Cuando hay derechos involucrados, no hay techo», repitió.
Fuentes calificadas de la Anses, que es el órgano que hoy administra la AUH, dijeron a La Nacion que «todo está por verse». Con ello, se aclaró, hay un crédito en negociaciones con el Banco Mundial por 480 millones de dólares para ponerse en marcha el año que viene a fin de reforzar «todos» los planes sociales. Y en el caso de la AUH el incremento de fondos podría alcanzar a los hijos de trabajadores que superan escasamente el salario mínimo (1500 pesos), pero siguen inmersos en la pobreza o a los hijos de monotributistas. Con todo, no está clara todavía la cifra de los nuevos beneficiarios.
Según señalan algunos referentes del Gobierno, la decisión de ampliar el número de beneficiarios de la AUH aseguraría una base mayor de votantes de clase media baja en un año electoral. Pero también sería una manera de aceptar las críticas que denunciaron que la asignación universal aún no es tal porque no llega a todos los chicos pobres.
En este sentido, hay un fuerte debate respecto de los números reales del alcance del plan. Por ejemplo, para Gisell Cogliandro, directora ejecutiva de la Fundación Siena, hay 2,5 millones de niños sin cobertura.
Fuente: LA NACION