Sebastián Nayar era una promesa con un partido en Primera cuando a mediados del 2008 se fugó a España para fichar para el Recreativo de Huelva. Y allí empezó un calvario. Hoy, en un club de segunda B de España, confiesa la equivocación y sueña con volver al país.
“Irme de Boca fue el peor error de mi vida… Si sabía lo que iba a vivir estos cinco años no hubiese tomado esa decisión ni loco. Lo único bueno fue que conocí a mi esposa y tuve un hijo maravilloso”. Esa decisión de la que habla Sebastián Nayar, el Oso, volante central de 22 años, fue la bisagra de su carrera. De ser señalado por los especialistas de Inferiores de Boca como el heredero de “Gago”, de ser campeón tras 16 años con la Reserva de Banega, Nico Gaitán, Noir, Roncaglia y cía, pasó a peregrinar por España, Tribunales y clubes de segunda línea hasta este presente en el Deportivo San Roque de Lepe de la segunda B del fútbol español. Allí tiene el consuelo del afecto de su mujer Mercedes y su hijo de 3 años y también las pesadillas de su fuga de Boca en junio de 2008 que vuelven una y otra vez a su cabeza.
-¿Por qué te fugaste?
-No es que me fugué… Con Boca siempre había chocado por temas de dinero. Cobraba 1.000 pesos, más los 400 por partido ganado en Reserva, y vivía en un monoambiente con mi hermano. Cuando le pedí al club que me ayudara para pasar algo más grande me dieron la espalda. Encima me robaron el auto que me había dado mi representante. Y exploté contra Boca, contra el país, contra todo… Era un pibe inmaduro. Y mal asesorado.
-¿Te tentó el dinero?
-La oferta de Recreativo era muy buena, y Boca me había negado una chance de Holanda. Entonces, con el antecedente de Oscar Trejo, que se había ido al Mallorca y a la cuarta fecha ya había logrado la habilitación para jugar en España, me animé. Fue un error, porque me estafaron, estuve sin jugar hasta la fecha 14, me falló la gente que me llenó la cabeza, tuve que viajar dos veces a los tribunales del TAS en Suiza, una vez quedé varado solo en Ginebra por la nieve… Fue de terror. Pero uno se da cuenta de eso cuando va creciendo y conoce a la gente. De Boca me llamaban Pedro Pompilio y Beraldi, para que volviera, pero ya había firmado con Recreativo y no quería más problemas de los que ya tenía.
-Y después te fuiste a Colombia y México…
-Cuando logré debutar, contra el Villarreal, había perdido ritmo y me costó. Y al final de la temporada rescindí y me fui a Colombia, donde me lesioné la rodilla, y estuve dos meses y medio parado. Después fui al Altante, pero ahí me costó, porque como me dijo un PF argentino no bien llegué al club: “A los argentinos en México no nos quieren, nos necesitan”. Y después estuve a préstamo en Aldosivi, para estar cerca de mi mamá y mi familia, que hacía dos años que no la veía.
-¿Seguís en contacto con los chicos de Boca?
-Con Nico Gaitán hablo seguido de lo que extrañamos Boca. Parece que nos fuimos hace como mil años y fue todo hace tan poco… También hablo con los Melli Villafañe, con Ricky Alvarez que se fue del club en Octava porque no jugaba y mirá adónde llegó… Pensar que yo en esa época estaba en un nivel tremendo y podría haber hecho una carrera similar. Pero estoy a tiempo.
-¿Te gustaría una revancha en el fútbol argentino?
-Ni hablar. Me encantaría volver… Uno no se olvida de jugar al fútbol y tengo la capacidad como para volver a demostrarlo.
Fuente: Olè