Fue en Moreno. Sufrió quemaduras en el 80% del cuerpo. Falleció a las horas. El año pasado se encadenó a la Gobernación para denunciar que lo amenazaban. Para la Policía, un accidente
Uno de los testigos clave del llamado «caso Candela», la nena de 11 años asesinada en agosto de 2011 en el partido bonaerense de Hurlingham, murió horas después de registrarse una fuerte explosión en su casa de Moreno, al oeste del conurbano. La policía maneja como principal hipótesis la de un accidente derivado de la fuga de gas de una garrafa en combinación con un cargador universal de celulares, aunque no se descartan otras causas.
Es que tanto la madre de Candela Rodríguez, Carola Labrador, como uno de los abogados de la causa, plantearon dudas y remarcaron que el hombre había denunciado amenazas y reportado que tirotearon su casa.
Todo ocurrió a eso de las 2 de la mañana en la casa de Roberto Arturo Aníbal, de 40 años, ubicada en Virgen del Luján 3664 de la localidad de Villa Trujuy (Moreno). El testigo volvía de participar de un programa de televisión y visitar a familiares en la Villa 31 del barrio porteño de Retiro.
Al entrar se produjo la explosión, registrada «desde el interior hacia el exterior», según el informe del perito de explosivos de la Policía Bonaerense. Las fuentes oficiales dijeron que no se encontraron orificios que indiquen la presencia de algún artefacto explosivo, como tampoco de pólvora, y que el estallido se originó por un «escape de gas» en la cocina del inmueble, que quedó totalmente destruido.
Aníbal tenía custodia de la Policía bonaerense. De acuerdo a un jefe de la fuerza, la patrulla que lo cuidaba solía quedarse a 100 o 150 metros de la vivienda, no en la puerta, y que antenoche pasó por allí cerca de las 23 y se apostó a una cuadra y media. No obstante, los vecinos coincidieron en remarcar a la prensa que los policías no estaban, abonando la teoría del “atentado”.
Por su parte, el abogado Alberto Domínguez, representante del albañil Alberto Espínola, uno de la acusados del caso Candela, dijo “para mí es una venganza, porque hoy por hoy esta persona quiso y quiere hablar, pero la fiscalía no lo atiende porque el fiscal del caso tenía que haber procesado por encubrimiento a toda la gente que estaban involucrada en la denuncia», explicó.
Aníbal sufrió quemaduras en el 80 por ciento del cuerpo y quedó internado en en el hospital de Moreno, hasta que a las 19 de ayer falleció.
Candela Rodríguez (11) desapareció en agosto del 2011 de su casa en Villa Tesei y nueve días después su cadáver fue hallado dentro de una bolsa en Hurlingham.
Aníbal era carnicero en un supermercado chino de Hurlingham y declaró en la causa bajo identidad reservada, pero el fiscal que por entonces investigó el caso, Marcelo Tavolaro, reveló su nombre. En octubre último, Aníbal se encadenó a las rejas de la Gobernación bonaerense: dijo que le balearon el frente de la casa con una ametralladora, desde un auto, y que lo secuestraron.
Labrador: “No sé qué pasaría si yo viviera ahí”
Por el caso Candela fueron detenidos Alberto Espínola (31), Hugo Bermúdez (53), Leonardo Jara (34), Héctor «Topo» Moreyra (44), Guillermo López (31), Fabián Gómez (42), Néstor Altamirano (55) y Gladys Cabrera (42). En abril de 2012, la Cámara de Apelaciones y Garantías de Morón decretó la nulidad parcial del proceso, ordenó liberar a todos y apartar al juez Alfredo Meade y al fiscal Marcelo Tavolaro. La causa está a cargo ahora del fiscal Mario Ferrario, quien el 14 de noviembre ordenó detener nuevamente a Jara y Bermúdez.
La madre de la nena asesinada reclamó ayer que se investigue lo que denominó «la ma-fia» del oeste del Conurbano, al recordar que a Roberto Aníbal le «tirotearon» la vivienda el año último. Según Carola Labrador, le había advertido que se manejara «con cautela».
«Vive en la zona donde pasó todo, no se mudó. Yo me mudé, no vivo más ahí. No sé qué pasaría si yo viviera ahí, cerca de todos estos delincuentes que están libres», concluyó.
Fuente: Diario Hoy