Violencia sin final

Luego del entrenamiento matutino en el estadio, un centenar de barras de Huracán entraron al club y agredieron a jugadores y cuerpo técnico. También les robaron dinero, ropa y celulares. “No se puede trabajar así”, expresó Llop.

Huracán no tiene paz. Alejado de los puestos de ascenso en la B Nacional y eliminado de la Copa Argentina, ahora en el club de Parque Patricios reapareció el flagelo más temido del fútbol argentino: la violencia. Luego de la práctica matutina en el estadio Tomás Ducó, un grupo de barras ingresó a las instalaciones y agredió a los jugadores y al cuerpo técnico, tanto verbal como físicamente. Además, se llevaron dinero, celulares y ropa.

“Entrenamos esta mañana y sobre el final de la práctica, cuando estábamos en el vestuario duchándonos, entró la barra brava del club con las caras tapadas y palos y amedrentaron a todos. Cuando salimos, el auto del preparador físico y el de Walter Busse estaban rayados y con las cubiertas reventadas. En esas condiciones había otros ocho autos”, manifestó el técnico Juan Manuel Llop en declaraciones a radio Rivadavia. “A algunos chicos los golpearon, entre ellos a Busse, al que le pegaron un cabezazo. El club no tiene seguridad privada ni policial. Con esto que pasó, ¿cómo hago para pedirle a Busse que juegue el próximo partido?”, continuó relatando el entrenador quemero, todavía con los nervios a flor de piel por el mal momento vivido.

Llop admitió que la actualidad deportiva del equipo dista de ser la ideal, pero dejó en claro que de ninguna manera se justifica semejante reacción. “Ayer perdimos con un equipo de Primera por penales (ante Godoy Cruz, por Copa Argentina) y que suceda esto es complejo, no se puede trabajar así. Además, tampoco estamos tan complicados con el descenso como cuando asumimos. ¿Tienen que hacer esto porque no tengo la posibilidad inmediata de ascender?”.

“El preparador físico se quiere ir del club porque es la segunda vez que nos pasa. Vamos a evaluar qué hacemos y definiremos mañana (por hoy)”, concluyó el Chocho. Y en la misma dirección, habría jugadores que también estarían meditando la posibilidad de rescindir su contrato.

Por su parte, el presidente Alejandro Nadur ratificó los dichos del DT y explicó: “Fueron 150 barras los que entraron al estadio. Rompieron autos y amenazaron a los jugadores”. “A mí no me van a quitar las fuerzas de ninguna manera, pero sí tengo mucha angustia”, cerró el mandamás de Huracán. Una historia de nunca acabar.

Fuente: La Razòn