Con humildad, el cordobés saludó al ganador del Masters de Augusta y dejó en claro que a los 43 años aún se siente capaz de competir en el máximo nivel: “Voy a seguir dando lucha», señaló.
La verdad, hubiera preferido ganar yo, pero Adam es un gran jugador y se lo merece. Además de ser un gran jugador, es una gran persona. Hemos compartido equipo en la Presidents Cup y lo quiero mucho. Estoy muy feliz por él”, dijo Cabrera apenas finalizado el vibrante desempate.
“Así es el golf, tuve la oportunidad de ganar en el primer hoyo del desempate, con el chip del 18”, reconoció el cordobés, que estuvo a centímetros de conseguir su segunda corona en Augusta y su tercer torneo grande.
Luego, en Twitter, el Pato expresó: “Luché hasta el final. Lamentablemente no se dio. Adam lo merece. ¡Me faltó un poco de suerte! ¡Agradecido por su apoyo!”, y agregó: “Y no quisiera que la gente se sienta decepcionada, porque voy a seguir dando lucha. Mi carrera está más viva que nunca”.
Con esa grandeza, el cordobés asumió que había estado tan cerca de volver a ganar el torneo más importante del mundo, tal como había logrado en el 2009.
En más de una ocasión durante la definición se vio que el cordobés estaba tranquilo y disfrutando la posibilidad de estar en esa situación con la compañía de su hijo Angelito, que al igual que Federico es golfista profesional y estuvo como caddie
en el Masters.
De hecho, el propio Gary Player le expresó a través de Twitter: “Felicitaciones por haber jugado tan bien y con tanta determinación. Muy especial haber estado al lado de tu hijo. Te saludo”.
Un lindo consuelo para el Pato es que se llevó un cheque de 864.000 dólares, claro que de haber ganado esa cifra hubiera ascendido a 1.440.000 dólares, premio al que se hizo acreedor Scott por ganar el certamen.
Fuente: Diario Uno