El arzobispo designado de Buenos Aires ofició ayer una misa en Roma junto al Papa; en diálogo con LA NACION, consideró «más probable» que la Presidenta vaya al oficio religioso del 25 de Mayo
Por Elisabetta Piqué | LA NACION
ROMA.- Monseñor Mario Aurelio Poli, el sucesor de Jorge Bergoglio al frente del arzobispado de Buenos Aires, espera que haya un cambio en la relación con el Gobierno y desea que la presidenta Cristina Kirchner vuelva a la Catedral para el tedeum del 25 de mayo próximo.
«Estamos cerca de las elecciones, así que va a ser un 25 para rezar por la patria, para que nos vaya bien. Es más que probable y así lo deseo, ¡que vuelva! Es su casa. El tedeum siempre ha sido en la Catedral. Yo creo que tenemos que rezar mucho por la patria y la oración del tedeum es eso, es rezar por la patria», dijo el designado arzobispo, que estuvo en el Vaticano y se reunió con el papa Francisco.
En una entrevista con LA NACION, antes de partir de regreso a Buenos Aires, Poli aseguró que en las horas que compartió con Francisco en los últimos días no habló de política. Afirmó que no recibió indicaciones «porque él respeta mucho la libertad de cada uno» y adelantó que en su relación con cualquier poder político se regirá basándose en los conceptos de distancia y colaboración . «Pero también me recuerdo a mí mismo que no somos perros mudos», dijo, al indicar que si las circunstancias lo demandan, deberá salir a decir cosas.
Obispo de Santa Rosa desde 2008, Poli, de 65 años, asumirá el el gobierno pastoral de la arquidiócesis porteña el 20 de este mes. Contó que vio al ex cardenal primado «entregado y rejuvenecido» en su nueva misión, «instalando en su personalidad el ser papa, pero lo va hacer a su modo».
-¿Habló con el Papa de su trabajo como sucesor en Buenos Aires?
-No, las charlas fueron generales, lo que uno puede contar, digamos…
-Francisco le habrá entregado el testimonio…
-Sí… Mire, aquí están sorprendidos por los gestos, pero nosotros estamos acostumbrados. Desde 1992, cuando lo ordenaron obispo, su estilo pastoral ha sido sorprendente y nos hemos educado. Los que estuvimos a su lado aprendimos mucho. Ha instalado un estilo pastoral y un modo de ser obispo que ahora es muy difícil hacer otra cosa.
-¿Hablaron de la relación con el Gobierno? Apenas fue designado, usted dijo que iba a mantener la debida distancia…
-No, ni una gota. Yo repetí lo que dice Gaudium et Spes y lo que aprendí como pastor. El Concilio Vaticano II habla de la relación Iglesia y Estado, colaboración y distancia, separación. No solamente la distancia, también es importante la colaboración y siempre hay una tensión en eso. Independencia significa libertad de la Iglesia y, por supuesto, patriotas como el que más [risas]. Ésa es la idea.
-¿Hablaron de todo eso?
-No, sobre este tema no hemos hablado absolutamente nada…
-¿Y tampoco hablaron sobre el proyecto oficial para reformar la Justicia?
-No, no hemos tocado ningún tema de carácter político ni jurídico, ni ninguna de las instituciones constituyentes. Más bien hablamos del aspecto y el espectro pastoral muy complejo de Buenos Aires. Tocamos muchos temas, más bien sobre los sacerdotes, el seminario, la atención pastoral de las villas…
-¿Cómo se siente al asumir como arzobispo de Buenos Aires?
-Yo estaba tan tranquilo en La Pampa… Pero soy porteño, tengo el adn porteño, me gusta mucho también la pastoral en Buenos Aires, conozco buena parte del clero y además estoy convencido de que tengo un clero compañero, de generación de iguales y de chicos, de más jóvenes, que trabajan mucho por la Iglesia, con todos los problemas que uno sabe que tenemos los sacerdotes.
-¿Está contento?
-Sí, claro. Primero de la sorpresa pasé al pánico, a la inconsciencia, y ahora empiezo como a bajar…
-¿Va a vivir donde vivía el cardenal, frente a la Plaza de Mayo?
-Sí. Vi el cuarto y es más austero de lo que pensaba [risas], es notable. A mí me viene bien, porque estoy acostumbrado. En La Pampa no tengo a nadie, ni chofer ni cocinera, porque es una diócesis muy austera y pobre en recursos… Estoy contento y espero expresarlo en el ministerio.
-Y con Cristina, ¿expectativas?
-Con Cristina, con Macri, con cualquiera, colaboración y distancia. Pero no tengo ninguna expectativa. Se crean falsas expectativas de este plano. Pero también me recuerdo a mí mismo que no somos perros mudos, que escuchamos a la gente y a veces el Evangelio no nos deja de decir que tenemos que decir cosas, cuando se dé la oportunidad y las circunstancias lo demanden. También está el cariz que es profético de los curas.
-¿Con el acercamiento que ha tenido, Cristina irá al tedeum del 25 de Mayo?
-Es posible. Estamos cerca de las elecciones, así que será un 25 para rezar por la patria, para que nos vaya bien. Es más que probable y así lo deseo, ¡que vuelva! Es su casa. El tedeum siempre ha sido en la Catedral.
-¿Cómo lo vio al Papa?
-Ante todo, aclaro que yo no soy amigo personal. El Papa ya tiene un millón de amigos allá en Buenos Aires, como dice la canción. Ha sido muy generoso en brindar su amistad a los obispos auxiliares y sacerdotes.
-Muchos dicen que él designó sucesor a alguien «a su imagen y semejanza», que ustedes son muy parecidos, de perfil bajo…
-Dicen, pero yo todavía no lo descubro… Sí, perfil bajo seguro [risas]…
-Medio tímido con la prensa…
-Sí, yo no soy mediático. Últimamente tuve que salir, pero en cinco años en La Pampa nadie me dio bolilla en la prensa. Y uno trabaja bastante por la Iglesia y por la gente. Y él, durante veintipico de años hizo lo mismo. No ha trompeteado lo que ha hecho y creo que no debemos trompetearlo y trabajar lo más que podamos.
-¿Cuál fue su impresión al verlo como papa, vestido de blanco?
-Entregado y, por otro lado, rejuvenecido. Todavía está instalando el ser papa en su personalidad, pero lo va a hacer a su modo, como el hecho de instalarse en Santa Marta y el modo de corresponder a la gente. Después pondrá su carisma personal, su estilo personal, que es de mucha cercanía, de diálogo. Eso lo va a ir desplegando poco a poco.
-¿Qué es lo que más le impactó de él en estos días?
-Su perseverancia en la idea misionera de salir. Eso lo va a impostar en la Iglesia. En la Argentina ha bajado esto a la arquidiócesis y ahora sigue. No se cambia de la mañana a la noche porque uno es papa..