Nombrando a un fraile español, el papa Francisco inició los cambios

El Papa Francisco ha empezado La reforma de la curia: el nuevo secretario de la Congregación para los Institutos de Vida Consagradas, organismo responsable de supervisar a unos 900.000 religiosos y religiosas en todo el mundo, será un francisco, el fraile José Rodríguez Carballo.

El fraile español José Rodríguez Carballo tiene 59 años, y desde 2003 está al frente de la principal familia franciscana, que agrupa a 15.000 frailes conventuales y capuchinos en 113 países.

El fraile español José Rodríguez Carballo tiene 59 años, y desde 2003 está al frente de la principal familia franciscana, que agrupa a 15.000 frailes conventuales y capuchinos en 113 países.

En 2009 fue reelegido superior de la orden, y el Papa, que ha tomado el nombre de Francisco en honor del fundador de esa orden, Francisco de Loyola, lo ubicó como sucesor del estadounidense Joseph Tobin, quien también estuvo al frente de una orden religiosa: los redentoristas pero ya había dejado de serlo cuando en 2010 Benedicto XVI le designó secretario de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada.

Nacido en la localidad de Lodoselo, en Orense, Rodríguez Carballo estudio de niño en un colegio franciscano y en 1973 realizó estudios bíblicos, luego fue ordenado sacerdote, y en 1977 obtuvo el doctorado en Teología en Jerusalén.

Luego, él amplió sus estudios en Sagradas Escrituras en el Instituto Bíblico de Roma. Ha sido profesor en el Seminario Mayor de Vigo y en la Facultad de Teología de Santiago, así como maestro de novicios en el convento de San Diego de Canedo (Pontevedra), superior del convento de Santiago de Compostela y ministro provincial de la provincia franciscana de Santiago. Fue ocupando puestos cada vez de mayor de responsibilidad en la orden hasta que hace diez años fue elegido superior de la misma.

Tras la elección el pasado 13 de marzo del papa Francisco, Rodríguez Carballo hizo público un mensaje en el que mostraba su alegría por la designación del nuevo Pontífice y en el que contaba cómo se conocieron en 2004, cuando el entonces cardenal Jorge Bergoglio le fue a visitar a la curia general de los franciscanos en Roma.

El relato que hizo Rodríguez Carballo apenas se enteró que Bergoglio era el Papa:

«Quería hablarme de algunas cosas organizativas de la Iglesia en la Argentina, y de ahí, en un modo u otro, estaba involucrada nuestra orden. Yo le había dicho: ‘Eminencia, puedo ir yo a visitarle en su residencia en la curia general de los jesuitas, en Roma’. Él me respondió: ‘No se moleste, padre. Voy yo a visitarlo a su casa'». Llegó a pie. Llovía. Empezamos un coloquio que duró aproximadamente una hora. Recuerdo todavía que ese encuentro transcurrió en clima de gran cordialidad, sencillez y fraternidad. En aquel momento, me parecía tener delante a un hermano francisco, a un compañero de toda la vida, como si nos conociésemos desde siempre. Lo he encontrado muchas otras veces, sobre todo en los sínodos, y siempre tuve la misma sensación”.

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