Por Jackeline LUISI PARA SEPRIN
Mientras que se dirimía sobre quién sería el sucesor de Benedicto XVI, en el día de ayer; nuestra Catedral Metropolitana era tomada por manifestantes del Movimiento Popular “La Dignidad”.
La misma estuvo ocupada por más de cinco horas . Debido a cuestiones ajenas a lo religioso, y allegadas a la política, los soldados de la serpiente atentaron una vez más contra la Iglesia católica Argentina.
Curiosamente el hecho se produjo poco tiempo después de unos pocos tuviéramos la noticia de que el nuevo Papa sería Argentino.
Más allá de los incidentes y los intentos de profanar nuestras iglesias y de cometer sacrilegio hacia una institución religiosa, la luz de la guía de Cristo ha llegado y se hizo nuevamente Justicia. El Papa es argentino y es Jesuita.
El impecable defensor de la vida, acérrimo opositor al aborto; y luchador incansable por las víctimas de la TRATA y el TRAFICO DE PERSONAS; a partir de hoy será quien lleve las riendas de la Iglesia Católica en el mundo.
Esta noticia que ha llegado apenas hace una hora a todos, no es casualidad ni forma parte de ningún favoritismo; sino que es la consecuencia de la recompensa de quien ha realizado misas en plazas, como es el caso de Plaza Constitución, pidiendo que se termine con la trata. Rogando por la Libertad de muchas mujeres y de niños sometidos a la prostitución y al negocio de los órganos. Por exhortar a combatir la droga y la corrupción de Estado. Por formular innumerables denuncias sobre la venta de la droga. Por ir contra la misma Corte Suprema de Justicia, cuando ésta fallaba a favor del aborto en los casos contemplados por el Código penal y llamaba a las provincias a modificar sus leyes o adecuar sus normas con el fin de permitir la interrupción de la gestación.
Desde el afecto de quienes conocemos personalmente a Jorge Bergoglio, por su humildad y calidad humana, le rogamos a Dios todopoderoso, que lo proteja y los soldados de la Iglesia, nos comprometemos en la oración permanente para que lo fortalezca aún más todavía.
Cardenal Primado de la Nación, hoy Sumo Pontífice: gracias por el maravilloso trabajo que ha hecho en nuestra Patria y los mejores augurios para los nuevos destinos, que a partir de hoy; regirá.
Porque estamos seguros que la Iglesia en manos de “Francisco Primero” luchará por la paz, contrarrestando las guerras y que sobre todas las cosas; combatirá muy fuertemente el hambre de muchos niños en el mundo entero.
El Altísimo lo bendiga una vez más.
Jackeline LUISI