Italia y la ingobernabilidad

De lograrse un acuerdo entre los tres candidatos más votados, Mario Monti, que aún conduce el gobierno, parece una opción para sacar al país adelante

Las recientes elecciones italianas, por sus reñidos resultados, han provocado una alta cuota de fragilidad política. Por ello hay ciertamente preocupación respecto de la gobernabilidad del país peninsular, situación que no sólo podría afectar a Italia, sino a Europa toda. No será nada sencillo acordar y poder conformar un nuevo gobierno. Por el momento, las negociaciones no parecen haber avanzado mucho, por lo menos hasta ahora.

Aunque por muy escaso margen, el ganador ha sido el indiscutido líder actual de la centro-izquierda, Pier Luigi Bersani, con el 29,5 por ciento de los sufragios. Con ellos, el centro-izquierda controla sólo la Cámara baja. Muy cerca de él se ubicó el cuestionado Silvio Berlusconi, nuevamente líder de la coalición de centro, con el 29,2% de los votos, que son, sin embargo, suficientes para bloquear la labor del Senado.

La gran sorpresa ha sido, claramente, el algo más del 25 por ciento de los votos totales que ha sido obtenido por un «antisistema», el comediante Beppe Grillo. Con sus 64 años, es un polémico luchador y líder de las protestas contra la clase política a la que acusa de corrupción, y tiene una habilidad única para llegar a sus seguidores en las redes sociales, lo que indudablemente lo favoreció en las elecciones.

Ahora, su agrupación, llamada Movimiento 5 Estrellas (M5E), que individualmente obtuvo la mayor cantidad de votos en la elección, es de alguna manera el árbitro de la situación. Con el colíder del movimiento, el bloguero Gianroberto Casaleggio, Grillo deberá definir dónde se ubicarán ahora, cuando llega el momento de tratar de formar gobierno.

Mario Monti, el tecnócrata serio, honesto y respetado que había ordenado Italia y la había alejado del precipicio financiero en que estaba, no logró el apoyo que seguramente esperaba y sólo se hizo de algo más del 10% de los votos.

Italia les ha dicho «no» a las recetas de austeridad, a seguir ordenando sus cuentas fiscales y a controlar la elevada deuda pública (la mayor, en términos relativos, de toda Europa). Hablamos de la receta que predica Alemania, ahora repudiada por el electorado italiano. Tanto Berlusconi, como Grillo, hicieron campañas directas contra la austeridad como herramienta para superar la crisis que afecta a Italia. Sumados, ambos representan el 55% del electorado italiano. Esto es presumiblemente producto de la natural fatiga que provocan las políticas de ajuste, sensación que permite el inmediato florecimiento del populismo.

Las últimas noticias sugieren que Beppe Grillo podría finalmente inclinarse por devolver el timón del país a Mario Monti y apoyar la formación de un nuevo gobierno de tecnócratas, para sacar a Italia del entuerto político en que se encuentra. El siempre sereno presidente de Italia, Giorgio Napolitano, que ahora tiene la tarea nada fácil de colaborar en armar el rompecabezas político, seguramente la considerará como una opción más. Los mercados han aplaudido la alternativa.

Monti, que aún conduce el gobierno, convocó a los tres líderes más votados, Bersani, Berlusconi y Grillo, a una reunión para procurar encontrar elementos de consenso. El futuro de Italia depende de que se pueda encontrar una alternativa clara para superar la situación actual y seguir adelante. Para muchos, Mario Monti vuelve a ser la opción posible, la de menor costo ante las dificultades y profundas divisiones políticas que están afectando a Italia. Aunque nada es seguro, salvo que hay urgencia en poder definir el rumbo..

Fuente: La Naciòn