Peores protestas en 16 años provocan caída de gobierno en Bulgaria

Bulgaria es el país más pobre de la Unión Europea.  Manifestaciones por alza de electricidad forzaron salida de Boiko Borisov.
Aunque 24 horas antes había descartado esa opción, el primer ministro de Bulgaria, Boiko Borisov, se vio forzado ayer a anunciar su renuncia tras las violentas protestas en todo el país que inicialmente se dirigían contra el alza de los precios de la electricidad, pero después de centraron cada vez más contra la política general del gobierno del país con el ingreso per cápita más bajo de la Unión Europea (UE). Así la administración del conservador Borisov, ex guardaespaldas del dictador comunista Todor Zhivkov, se suma a la larga lista de casi 20 gobiernos europeos que han caído o han perdido en las urnas desde que comenzó la crisis económica y financiera de la UE, en 2009.

“Nuestro poder viene del pueblo, y hoy (ayer) se lo devolvemos al pueblo”, dijo Borisov ante el Parlamento antes de entregar formalmente su renuncia y la de todo el gabinete. Se espera que el Congreso apruebe hoy su dimisión. “Que el pueblo elija. Yo no participaré en un gobierno cuando la policía carga contra la gente… Cada gotita de sangre para nosotros es una mancha”, explicó el premier tras 10 días de intensas protestas populares, las cuales, según The New York Times, son las más grandes que se han visto en ese país en 16 años. Los manifestantes acusaban además al gobierno de tener supuestos nexos con mafiosos, consignó la agencia AP. Originalmente, el Parlamento iba a votar ayer una reestructuración del gabinete de gobierno. En reacción a las protestas, Borisov forzó el lunes la dimisión del ministro de Finanzas, Simeon Dyankov, responsable de la política financiera, y prometió el martes que bajaría el precio de la electricidad un 8% a partir del 1 de marzo (luego de un alza del 13% en julio pasado). También anunció multas a las distribuidoras de electricidad y el retiro de la licencia de una de ellas (la checa CEZ). Esas medidas no consiguieron, sin embargo, aplacar el descontento de la oposición, que exigió la dimisión del gobierno completo, al considerarlo responsable de la situación del país.

Por ahora es una incógnita el futuro político de Bulgaria. Tanto el partido gobernante de Borisov, con 117 escaños en la Asamblea, como la principal formación opositora, la de los socialistas (40 escaños), descartaron ayer integrar un gobierno de transición hasta los comicios legislativos regulares, previstos para el 7 de julio. El Movimiento de Derechos y Libertades, partido de la minoría turca (37 diputados) se declaró a favor de elecciones anticipadas el 28 de abril. Así las cosas, las tres principales formaciones parlamentarias descartaron participar en un gobierno antes de celebrar nuevas elecciones. Pese a este escenario, la Comisión Europea mostró ayer “total confianza en el proceso democrático” abierto en Bulgaria.

Con un salario medio en torno a los 350 euros, un mínimo de 155 euros y pensiones de 75 euros, los búlgaros rechazan las medidas de austeridad que el gobierno ha llevado a cabo en los últimos cuatro años para mejorar las cifras macroeconómicas, pero que han mermado sustancialmente su capacidad adquisitiva. La crisis económica ha provocado desempleo y menores ingresos para muchos búlgaros, mientras que el costo de vida ha ido subiendo, explicó a The New York Times Daniel Smilov, analista del Centro de Estrategias Liberales en Sofía.
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