Argentinos sufrió su quinta derrota consecutiva y el futuro se avizora con turbulencias. En cambio, el equipo de Zubeldía llega con una sonrisa al clásico que se juega en una semana.
Ni el sol que iluminó al equipo durante los torneos de verano ni las sombras que cubrieron la realidad de un resultado difícil de digerir ante Atlético de Rafaela, el fin de semana pasado. Este triunfo de Racing es el paso inicial que necesitará de ratificaciones en el corto plazo para así saber cómo será el futuro en el Torneo Final. Mientras tanto, la esperanza de buenos tiempos se apoya en Luciano Vietto y en Mario Bolatti, quienes con gol y buen gusto para manejar la pelota, respectivamente, descollaron anoche en el equipo de Luis Zubeldía.
Difícilmente se pueda hablar de merecimientos, apenas transcurridos dos minutos, en cualquier partido que se desarrolle en el lugar del mundo que se pueda elegir. Pero si el árbitro Pablo Díaz hubiera sancionado la falta sobre la raya del área grande que entre Barraza y Garcé le cometieron a Vietto, en apenas 120 segundos Racing hubiese dispuesto de la primera oportunidad para abrir el marcador.
El arranque del partido fue para el visitante, que con Figueroa y Ramírez por los costados lideraban un Argentinos dinámico, veloz y con tendencia al ataque. Eran minutos en que se esperaba que Anangonó (el único delantero fijo en un esquema 4-4-1-1) terminara de concretar algunas de las buenas intenciones que nacían en la mitad de la cancha.
Durante ese lapso, Racing mostraba como mayor virtud la jerarquía de Bolatti, marcadamente apto para hacer circular la pelota. Y de a poquito se fueron sumando el voluntarioso Sand -sigue con el arco cerrado, pero se movió con gran predisposición- y el inquieto Vietto, que no fue titular la semana pasada y Racing lo padeció.
En medio de esa mejor imagen que exhibía Argentinos, el equipo que conduce Schurrer metió el balón en el área de Saja y Figueroa cabeceó, pero sin poder darle destino goleador a la pelota. Cuando Racing pudo equilibrar el juego en la mitad de la cancha, conducido por el ritmo seguro de Bolatti, el local pasó a dominar y a acercarse al gol. Pillud, de buen primer tiempo, se mostró permanentemente por el lateral derecho y los mediocampistas siempre tuvieron en él a alguien para descargar.
Hasta que a los 33 minutos hubo grito de gol en el Cilindro. Vietto recibió la pelota de espaldas al arco, en el giro se liberó de Barraza, a Garcé lo gambeteó como si fuera un conito y, de derecha, desde afuera del área, sometió a Nereo Fernández.
En un Racing que buscaba encontrarse en el movimiento colectivo, una individualidad como la de del juvenil Vietto empezó a solucionarle el problema del resultado.
Racing repitió en el primer segmento del segundo tiempo algo que había sido un error indisimulable en el campeonato pasado: se acomodó para jugar confiando en la ventaja como si ignorara que por un error propio o un acierto del rival el empate nunca estuvo demasiado lejos.
Schurrer se dio cuenta que era momento de arriesgar un poco más y así lo demostraron sus cambios: Barrera, Caruso y Naguel para que la llegada a Saja fuera más prolija y profunda.
En Racing, por el contrario, Zubeldía demoró más de media hora en realizar la primera variante a pesar de que los jugadores de la mitad de la cancha dieron muestras de una fatiga prematura.
Con Argentinos intentando más de lo concretaba y Racing espiando qué pasaba para esperar el momento justo de bajarle el telón al compromiso fueron pasando los minutos.
Justo sobre la media horas cayó el gol de Pelletieri, que por fin se dio el gusto de gritar visceralmente con la casaca blanquiceleste.
Camoranesi metió una pelota parada en el lugar donde más le duele a los que defienden y el ex volante central de Lanús cabeceó para después aprovechar el corto rebote que dio el arquero para poner el 2-0.
Rápidamente Argentinos -quinta derrota consecutiva- se convenció de que el resultado se había puesto irremontable, mientras que Racing se decidió a ser prolijo desde la posesión de pelota con el pase seguro como elemento esencial. Racing ganó y espera el clásico con Independiente de la mejor manera. Argentinos, en cambio, se hunde en la mediocridad y su futuro viene con turbulencias.
clarin.com