Moyano y la CGT contra la libertad sindical

El Ministerio de Trabajo firmó la Resolución 1.381, que reconoce a los trabajadores de Subterráneos y premetro de Buenos Aires su derecho a organizar un sindicato diferente a la UTA. Un paso adelante en la libertad sindical, y los resquemores internos hacia Hugo Moyano que crecen al interior de la CGT.
Hace décadas que la democracia argentina viene solicitándole a sus autoridades públicas, que dicte de una buena vez la tan postergada cuestión de la libertad sindical, para que los trabajadores argentinos tengan la posibilidad de elegir a qué gremio afiliarse y no estar pendientes del unicazo sindical que comanda la CGT.

Justamente, la máxima central de trabajadores del país, atraviesa por una de las peores etapas en su relación con la sociedad y eso queda de manifiesto en cada una de sus acciones, que más que sumarle a la central obrera para reconstruir el vínculo perdido en los ’90 por su apoyo al modelo neoliberal de Carlos Menem, le resta.

En el día de ayer, el ministro de Trabajo Carlos Tomada, firmó la resolución 1.381, reconociendo a los trabajadores del Subterráneo a formar la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y del Premetro (Agtsyp), un nuevo sindicato formado al margen de la vieja guardia sindical cegetista que encarna la UTA (Unión Tranviario Automotor).

Esta decisión gubernamental, puede traerle serias consecuencias al kirchnerismo en su relación con lo que ellos mismos han dado en llamar “columna vertebral” del gobierno “nacional y popular”, ya que las críticas a Hugo Moyano de los sindicalistas afines al camionero dentro de la central obrera, por no rechazar de cuajo este accionar de la cartera laboral, puede acrecentar las divisiones internas en la CGT , y ocasionarle un duro golpe a las intenciones reeleccionistas del gobierno.

El camionero, uno de los aliados incondicionales del kirchnerismo desde su asunción en el 2003, ha tenido que salir por lo bajo a pedirle a la máxima dirigencia política del oficialismo, principalmente a Aníbal Fernández y Tomada, sus críticas por este tipo de decisiones, que no hace más que producir cortocircuitos con el sindicalismo tradicional en un año que se aproxima meramente electoral, y en el que el peso de los sindicatos será trascendental para la permanencia del kirchnerismo en el poder.

Los “Gordos” han sido los primeros en reaccionar ante esta nueva medida, y piden que Moyano establezca claramente de qué lado del mostrador está, y defienda los intereses de gremio de la CGT como lo es la UTA , y no tolere esta resolución ministerial que no hace más que incrementar las filas de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), y sembrar grandes rencores al interior de la fuerza sindical.

La presión de la CGT al gobierno nacional por este tema es muy grande, ya que la amenaza de medidas de fuerzas para frenar cualquier intento de reconocimiento de la CTA y de nuevos sindicatos como el que han formado los trabajadores del subterráneo, se repiten sistemáticamente cada vez que se rumorea la posibilidad que desde la cartera laboral se le de reconocimiento a la central obrera que conduce el docente Hugo Yaski.

Hasta el momento, las promesas K de personería gremial a la CTA no se han cumplido y los reclamos de los trabajadores para contar con una nueva central gremial no cesan y a cada paso aumentan, esperando que los compromisos asumidos de antemano por el gobierno nacional en épocas de campaña sean considerados y llevados a la realidad.

Mientras tanto, la presidenta Cristina Fernández se sigue mostrando cerca de Hugo Moyano, dando a entender que la alianza política estratégica que tienen ambos aún no ha terminado y que sigue más firme que nunca. A pesar de todo esto, es un secreto a voz baja, que desde el gobierno nacional se le ha dicho a Moyano que ya no puede hacer nada para detener la personería jurídica a la CTA , y que se vaya preparando para contener a la flota más rebelde a aceptar una decisión que se puede demorar por mucho más tiempo.

El sindicalismo siempre ha estado ligado históricamente en nuestro país al peronismo. Con la llegada de la CTA , la CGT perdió el monopolio sindical al que estaba acostumbrado por más de medio siglo, y la lucha de celos y egos entre los dirigentes no se hizo esperar, desatando una guerra silenciosa que parece haberla ganado la CTA ya que cada día está más cerca la libertad sindical en la República Argentina.