La cerealera Noble, una de las más grandes del planeta con sede en Singapur, fue suspendida ayer del registro de operadores de compraventa de granos.
La medida fue una decisión de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) por supuesta “inconducta fiscal”.
“Facturas apócrifas” y “triangulaciones con empresas vinculadas” son las causas que habría encontrado la AFIP para tomar esta decisión, según fuentes del organismo recaudador.
La suspensión en el registro de operadores ya le tocó, en años anteriores a Nidera, Cargill y Monsanto. Pero luego regularizaron su situación y volvieron a operar con normalidad.
Las cerealeras tienen una serie de beneficios fiscales en relación a retenciones y Ganancias de la que no disponen cuando son suspendidas. Esta sanción les genera mayores costos operativos, fiscales y administrativos, pero pueden continuar acopiando parcialmente y hasta exportando.
“En general, este tipo de medidas castiga a los compradores de granos (como las cerealeras), pero se está apuntando a los vendedores, que son quienes proveyeron esos granos a las firmas”, explicaron conocedores de las exportaciones del sector.
“Si hay algún inconveniente con algún productor, la AFIP suspende a las cerealeras, pide aclaración y una vez que la empresa aclara, se reestablece la normalidad”, aclararon quienes despachan.
Hasta ahora, casi todas las cerealeras lograron que las reestablezcan en el registro de operadores tanto desde lo administrativo como en lo judicial. “La suspensión a veces es por algún problema puntual con un productor, cuando la AFIP logra establecer que es un caso aislado, el asunto queda aclarado”, argumentaron.
La única cerealera que fue suspendida del registro de operadores y aún no logró volver es Bunge.
La compañía, de origen argentino pero matriz estadounidense, está enfrentada con el Gobierno.
Fuente: iEco