La retórica de Cristina que impone inmolarse

Por Martín Dinatale | LA NACION

La retórica presidencial adquirió un carácter de inmolación en defensa del modelo nacional y popular en los últimos días que no sólo excomulga al que piensa diferente sino que contradice insignias del propio Gobierno.

En medio de la fiesta nacionalista que montó el kirchnerismo con el regreso de la Fragata, la Presidenta dijo que enfrentará «presiones internas, externas, subterráneas y planetarias». No sólo ello. Para que no queden dudas en su decisión de dar pelea todo el que se le ponga enfrente, emuló a San Martín, quien, según ella, dijo que «cuando no tengamos nada, pelearemos en pelotas». Un discurso beligerante que buscó contrarrestar con el mensaje de «amor y cariño que algunos les gusta dar», como dijo, en alusión a Scioli.

No hubo en ese mensaje una autocrítica por los errores del Ministerio de Defensa y la Cancillería que derivaron en que el buque termine 74 días amarrado en Ghana. La fiesta popular era más importante que el reto a un ministro. Tampoco admitió Cristina Kirchner que en febrero su gobierno podría negociar en Nueva York un nuevo canje de la deuda con los mismos fondos que retuvieron la Fragata. Resultó más pegadizo el duro mensaje dirigido a «caranchos y buitres».

Fuente: LA NACION