Los hermanitos tenían 4 y 3 años, y 16 meses. Sus padres, de nacionalidad boliviana, cultivaban tomates que vendían en el Mercado de Frutas y Verduras platense. Les habían cortado la luz. El fuego se habría originado por una vela.
Los tres niños quedaron solos durante veinte minutos, el breve tiempo que les llevó a sus padres recorrer 300 metros hasta el almacén más cercano para comprar alimentos. Sin embargo, ese puñado de minutos bastó para que una tragedia los arrancara de la vida: la pequeña casa de chapas y maderas instalada frente a una plantación de tomates en las afueras de City Bell, en el partido de La Plata, ardió, y los hermanitos, un nene de 4 años, otro de 16 meses y una nena de 3, murieron carbonizados. Un vecino policía vio las llamas y llamó a los bomberos. Cuando llegaron ya era tarde, y sólo pudieron apagar el fuego que había causado una de las velas que el joven matrimonio de quinteros utilizaba para iluminarse en esa vivienda que, desde el día anterior, no tenía luz eléctrica.
El incendio se produjo a las 22:20 del domingo, en una habitación de tres metros por tres ubicada en la Calle 144, entre 454 y 457, del barrio Los Porteños. Allí vivían Deivid Frias Choque, de 25 años, y Gardenia Aguayo Arias, de 20, con sus tres pequeños hijos. Las llamas consumieron casi por completo su habitación de paredes de madera y ladrillos, con techo de chapa y un cielorraso improvisado con el nylon transparente que los quinteros utilizan para fabricar los invernaderos.
Fuente: Infonews