Detrás de cada ilusión hay muchas historias. Las de Bianchi y Riquelme, Gareca y Pratto, Martino, Alfaro, el estreno de Tigre… ¿Podrá alguno terminar con la supremacía de Brasil?
Hay cada año una Copa Libertadores que encuentra excusas para obsesionar a los equipos argentinos. A veces más, a veces menos, pero siempre se las ingenia para seducirlos. Esta versión 2013, por ejemplo, los cautiva contando historias singulares. Y en algunos casos, los protagonistas son hombres que también participarán esta vez persiguiendo desafíos diversos…
1.A llenarse con Bianchi, ¿con Riquelme y con Gago?
Había una vez un talento que, antes de una final, llamó al presidente y le dijo que tras el partido se iría porque “me siento vacío”. Y en los 90 minutos ese crack y su equipo se quedaron sin nada… De Riquelme y Boca se trata. ¿Contestará hoy Román a la propuesta de regreso a un plantel que busca ganar esa Copa? ¿El 10, aunque vivió repitiendo que a Boca no volvería, retornará para que su última imagen copera sea mejor que la patentada en San Pablo en 2012 y coincida con sus consagraciones en 2000, 2001 y 2007? En Boca creen que sí, pero con el 10 nunca se sabe… También aguarda Boca la respuesta de Fernando Gago, quien busca salir del Valencia. Había jugado Gago la Copa 2005, cuando le discutía el puesto a Cascini. Después, voló a Europa. Si corona la vuelta, sería su estreno a fondo, de titular-titular , en la Libertadores.
Sin embargo, la gran certeza de Boca es Carlos Bianchi, quien despertó de una siesta de seis años y aceptó retomar su carrera como técnico, un especialista en Libertadores, campeón con Vélez en el 94 y con Boca en 2000, 2001 y 2003.
2.El trampolín de Pratto y los recuerdos de Gareca.
Había una vez un delantero que no hallaba lugar y se había hecho itinerante. Hasta que a mediados de 2010 desembarcó en Universidad Católica. Tras un primer semestre oscuro, hizo una gran pretemporada, bajó de peso, ganó velocidad y explotó en su mejor expresión… Es Lucas Pratto, sufrido en la Libertadores 2011 por Vélez, equipo al que le hizo dos goles en un histórico triunfo de Católica por 4 a 3 en Liniers. Hoy Vélez y Pratto vienen de ser campeones e intentan prorrogar su matrimonio para ir por la conquista de la Copa.
A Pratto lo desea sí o sí Ricardo Gareca, el DT que encarará su 5° año en Vélez y con cuentas pendientes en la Libertadores. Como jugador, Gareca estuvo tres veces a punto de ganarla con América de Cali en 1985, 1986 y 1987, pero se frustró en las finales. Y como entrenador, con Vélez arribó a la semi 2011 y a 4° en 2012. ¿Quebrará ese maleficio personal Gareca y Vélez será campeón como en 1994?
3.Volver a un sueño copero de la mano de Martino.
Había una vez un ícono de un equipo rosarino que regresó a ese club dejando de lado una propuesta de 5 millones de dólares para dirigir a Colombia. La misión era evitar el descenso, pero tras un año mejoró el promedio y hasta peleó por el título con una dulce idea futbolística… Es Gerardo Martino el dueño de esa historia. También el entrenador de Newell’s que jugará esta Copa. Y justo el Tata protagonizó las dos grandes Libertadores en la historia de Newell’s: subcampeón en 1988, tras caer con Nacional, y en 1992, al perder por penales con el San Pablo de Telé Santana. ¿Hasta dónde llegarán Newell’s y Martino este año?
4.Lo único que le falta a Alfaro en Arsenal…
Había una vez un equipo chico fundado en 1957 que crecía y crecía a pesar de un respaldo popular también pequeño. Y además empezaba a crecer en ilusiones. Con una coincidencia. A las esperanzas mayores las modelaba siempre con el mismo arquitecto… Arsenal y Gustavo Alfaro son tal para cual. Ese equipo con ese técnico atrapó la primera Copa Sudamericana (en 2007) y el primer torneo local (Clausura 2012) en su historia. Ese equipo con nombres modestos y con ese técnico especial protagonizarán esta Libertadores soñando atravesar la zona de grupos.
5.La primera vez que Tigre jamás olvidará.
Había una vez un equipo que nunca había jugado una Libertadores, que no sabía cómo ganar en el torneo local, que perdía a su entrenador y que a partir del arribo de otro técnico encontraba el rumbo… Tigre empezó a sonreir desde la asunción de Néstor Gorosito, llegó a la final de la Sudamericana y, por ser el mejor argentino de esa Copa, saltó a su primera Libertadores. Eso sí, arrancará desde la etapa inicial y se eliminará con Deportivo Anzoátegui para ver cuál de los dos accede a la fase de grupos. Ahí va Tigre, obsesionado con la Copa, a su manera y con su historia.
Fuente: Clarìn