Cumplidos los primeros 10 días de la operación del presidente venezolano Hugo Chávez en Cuba, el tema de la inminente toma de posesión presidencial, pautada para el 10 de enero de 2013, ha creado incertidumbre política en el país.
Cumplidos los primeros 10 días de la operación del presidente venezolano Hugo Chávez en Cuba, el tema de la inminente toma de posesión presidencial, pautada para el 10 de enero de 2013, ha creado incertidumbre política en el país.
En Venezuela se especula con la posibilidad de postergar la fecha constitucional de la toma de posesión.
La polémica comenzó el martes 18 de diciembre, cuando tras una rueda de prensa el presidente de la Asamblea Nacional y vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello, comentó a periodistas su opinión al respecto.
Cabello, uno de los principales líderes del país en ausencia de Chávez, dijo que si el presidente no estaba en condiciones de salud para asumir su nuevo periodo presidencial el 10 de enero, no debería descartarse la posibilidad de retrasar el acto.
De acuerdo con el artículo 231 de la Constitución de Venezuela, el candidato o candidata ganador de las elecciones debe tomar juramento como presidente de la República ante la Asamblea Nacional el 10 de enero del primer año de su periodo constitucional.
Sin embargo, el diputado Cabello afirmó que «no se puede someter la decisión de todo un pueblo a un solo día, por más que lo diga la Constitución», en alusión a la voluntad de más de ocho millones de venezolanos que reeligieron a Chávez el pasado 7 de octubre.
Los comentarios de Cabello fueron seguidas por un aluvión de declaraciones de voceros oficialistas y opositores, ya que la situación genera gran confusión.
Para la oposición, diferir la toma de posesión es un acto inconstitucional, por lo clara que es la Carta Magna al respecto, mientras que el sector de gobierno alega que sólo se están manejando escenarios y que la decisión final recaerá en el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), única instancia facultada para interpretar la Constitución.
En entrevista con Xinhua, el diputado a la Asamblea Nacional por el PSUV Earle Herrera se hizo eco de la postura oficial, al enfatizar que el único escenario que esperan los simpatizantes de Chávez es su regreso al país el próximo 10 de enero y recuperado.
Por su parte, el politólogo y analista venezolano Edgard Gutiérrez consideró que el mero hecho de que voceros del gobierno nacional hablen de postergar la toma de posesión, es una señal clara de que Chávez no tendrá condiciones para asumir su nuevo gobierno.
«Ese mensaje, que puede ser calificado incluso como un globo de ensayo, yo lo veo también como una forma de preparar a la gente, sobre todo a los partidarios del oficialismo, como ya indicando que es probable que el presidente no esté en esa fecha», afirmó.
Chávez se sometió el pasado 11 de diciembre a su cuarta cirugía en apenas 18 meses para combatir un cáncer en la región pélvica, el cual ha reaparecido a pesar de las intervenciones quirúrgicas y ciclos de radio y quimioterapia.
Días antes de la operación realizada en La Habana, Chávez ofreció una impactante alocución nacional en la que advirtió que puede quedar inhabilitado para seguir gobernando y recomendaba que, de darse esa situación, el movimiento «chavista» apoyara en masa al vicepresidente Nicolás Maduro como candidato presidencial.
Pero una vez realizada la intervención y tras reportes oficiales en los que se ha informado que el gobernante está consciente y en fase de recuperación, surgió la duda de si estará preparado para regresar a Venezuela el 10 de enero y asumir su nuevo gobierno.
De no presentarse, la lógica indica que el Tribunal Supremo de Justicia y la Asamblea Nacional debe activar los mecanismos para declarar la figura constitucional de «falta absoluta» del presidente, debido en este caso a su «incapacidad física» para gobernar.
Lo que planteó de manera informal el diputado Diosdado Cabello implica postergar la fecha de juramentación del presidente para evitar declarar su falta y, con ello, retrasar el plazo de 30 días establecido en la Constitución para la celebración de nuevas elecciones presidenciales.
«Cualquier cosa que vaya más allá del 10 de enero, donde el presidente no tome juramento, no está contemplado en la Constitución, es un vacío. Es un vacío que crea, a mi modo de ver, una crisis desde el punto de vista constitucional y, por supuesto, una crisis en el orden político», señaló el politólogo Gutiérrez.
Por su parte, el diputado Earle Herrera señaló que cualquier opinión al respecto es estéril, ya que la Constitución no habla del caso específico en que un presidente electo esté enfermo para el día de su juramentación y cree que el único criterio válido es el que adopte el TSJ.
La posible postergación de la toma de posesión presidencial plantea, no obstante, una duda; si el acto no se lleva a cabo el 10 de enero, ?cuándo se realizaría? ?Qué fecha marca el fin del actual período presidencial y el inicio del próximo?
«Esa fecha dependería de las razones por las cuales el Tribunal Supremo postergue ese acto constitucional. De manera que no somos nosotros los que podemos precisar ahora si será dentro de tres meses o cuatro meses. Eso dependerá de las circunstancias que lleven al Tribunal Supremo de Justicia a tomar esa decisión», afirmó Herrera.
En declaraciones ofrecidas la víspera a periodistas, la presidenta del TSJ, Luisa Estela Morales, tampoco descartó retrasar el evento e indicó que el caso es novedoso, ya que se trata de un presidente que continúa su mandato.
Si en definitiva el Tribunal Supremo interpreta el artículo 231 de la Constitución y retrasa la toma de posesión presidencial, es posible que aumenten los niveles de conflictividad en Venezuela, ya que presumiblemente la oposición exigirá que se cumpla la Constitución y se llamen a nuevas elecciones presidenciales.
«Yo creo que aquí acabamos de salir de un proceso electoral donde el pueblo venezolano le dio un respaldo contundente a la Revolución Bolivariana y le mandó un mensaje democrático, pero persuasivo, a todos aquellos que les esté pasando por la cabeza desestabilizar este país», consideró el diputado Earle Herrera.
Por su parte, Edgard Gutiérrez, quien se especializa como consultor político en campañas electorales, piensa que en caso de presentarse el escenario de la ausencia de Chávez el 10 de enero, el sector oficial debe evitar la inestabilidad y convocar a elecciones rápidamente.
«Incluso el escenario de una convocatoria de elecciones en el corto plazo suena favorable en principio para el oficialismo», señaló.
Ante la posibilidad de una ausencia de Chávez y deque se decrete su falta absoluta, el «chavismo» de izquierda y la oposición de derecha volverían a competir electoralmente por la presidencia de Venezuela en pocos meses.
Pero más allá de eso, el diputado Herrera opinó que el movimiento político puede trascender a su líder y continuar pese a que Chávez ya no lo dirija.
«El presidente está tan sembrado en el país que no habría ninguna falta. El se quedaría aquí, él está aquí. Realmente, como él lo ha dicho, Chávez no es sólo Chávez, Chávez es el pueblo. Ese pueblo está allí y el chavismo está allí», enfatizó.
El legislador recordó que «con el presidente en cama, en terapia intensiva, recién operado», el chavismo logró ganar el pasado domingo 20 de 23 gobernaciones regionales, con lo cual consolidó su dominio político del país.
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