Denuncian que secretario de Closs aprieta a los sacerdotes que hablan mal del plan Hambre Cero

El gobierno provincial quedó vinculado en un delicado asunto de Estado en su convivencia institucional con la Iglesia católica. Así lo denunciaron los curas a un medio misionero, dando detalles del caso.
La noticia trascendió en Misiones y conmueve a la provincia. Según denuncian, un funcionario de la secretaría privada del gobernador Maurice Closs llamó a las oficinas del Obispado de Posadas para sugerir que los sacerdotes bajen el tono crítico de los discursos contra el plan Hambre Cero.

Un funcionario renovador se habría comunicado directamente con el obispo Rubén Martínez, para sugerirle que vigile al párroco de la Catedral, Alberto Barros, quien confirmó a Canal 4 (de dicha provincia) el cruce telefónico que propusieron, desde el gobierno.

Al parecer, y tal como sita misionescuatro.com manifestaron estar molestos con el cura que analizó las debilidades del polémico plan de recuperación de los chicos desnutridos de Misiones. El Obispo Rubén Martínez recibió una llamada desde la Secretaría Privada del Gobernador Maurice Closs «manifestando cierto malestar» por las opiniones del Párroco hacia el Programa Hambre Cero en entrevistas con medios nacionales.

Hasta le recordaron a la Iglesia los subsidios que reciben y la ayuda para construir la Universidad Católica de la provincia (300 mil pesos que figuran en el presupuesto 2011 y las partidas de fondos para ayudar a la construcción del edificio).

Barros declaró a dicho medio: «Hablé con el Obispo y quedó muy tranquilo viendo que lo que dije fue en función de sacerdote y pensando en el bien de la gente». Luego, dijo a los funcionarios que «si alguien tiene algún problema conmigo que me lo diga y chau, no tengo drama con nadie, no me interesa». Según sus palabras, sus comentarios fueron respetuosos, «nada personalizado, simplemente una opinión, ¿a quién no le duele ver a chicos con hambre?».

Desde Misiones aseguran que no es la primera vez que el gobierno provincial presiona a la Iglesia y que ya se han hecho públicos, en varias ocasiones, los llamados telefónicos desde Casa de Gobierno y manifestando enojos por las críticas religiosas.