Corea del Norte pone en órbita un satélite entre secretismo y euforia

La operación ha desatado una oleada de críticas en la comunidad internacional que desconfía del régimen norcoreano.
Corea del Norte ha lanzado hoy su cohete de largo alcance Unha-3, que aparentemente logró poner en órbita por primera vez en su historia un satélite de observación, entre un alto secretismo que progresivamente ha dado paso a las celebraciones en Pyongyang.

El dispositivo norcoreano entró en órbita exactamente 9 minutos y 27 segundos tras su lanzamiento desde la base septentrional de Dongchang-ri, según la agencia estatal norcoreana KCNA, que calificó como «un éxito» la operación.

El satélite Kwangmyongsong-3 (Estrella brillante-3) circula alrededor de la órbita polar a entre 500 y 600 kilómetros de altitud aproximadamente y posee dispositivos de reconocimiento y comunicación para la observación de la tierra, indicó la KCNA.

La agencia estatal de Corea del Norte calificó la operación como un «logro digno de orgullo» del Partido de los Trabajadores, brazo político del régimen comunista. Este aparente éxito en la aventura espacial de la hermética Corea del Norte fue recibido en su capital, Pyongyang, con celebraciones de los ciudadanos tras conocer la noticia, según la televisión KCTV.

Todas las operaciones relativas al cohete enviado hoy al espacio han estado envueltas en un alto secretismo en Corea del Norte, cuyos ciudadanos no han sabido que se ha producido el lanzamiento hasta más de una hora después.

Éste ha tomado, además, por sorpresa a los expertos extranjeros, que lo pronosticaban para finales de mes, después de que Pyongyang anunciara el lunes la ampliación del plazo previsto para la operación hasta el próximo día 29 a causa de un problema técnico.

El lanzamiento completo, formado por tres fases, podría haber recorrido más de 10.000 kilómetros, según expertos surcoreanos.

Pyongyang desata la condena internacional
El lanzamiento de un cohete de largo alcance por parte de Corea del Norte ha desatado duras críticas de la comunidad internacional, con sus vecinos Corea del Sur y Japón a la cabeza a la hora de pedir nuevas sanciones para el régimen comunista de Pyongyang.

Corea del Sur, al que el lanzamiento pilló en plena campaña a las elecciones presidenciales del día 19, tardó muy poco en condenar lo que consideró «una clara violación de las resoluciones 1718 y 1874 del Consejo de Seguridad de la ONU».

Ambas prohíben cualquier lanzamiento con tecnología de misiles balísticos a Pyongyang, que según los expertos habría utilizado para su lanzadera una versión mejorada del sistema de propulsión del misil de largo alcance norcoreano Taepodong-2.

«Corea del Norte deberá asumir su plena responsabilidad por esta violación», insistió Corea del Sur en un comunicado, en el que aseguró que trabajará de cerca con la comunidad internacional «para adoptar las contramedidas correspondientes».

Japón, por su parte, transmitió una protesta a Pyongyang a través de canales en Pekín, además de calificar el lanzamiento de «extremadamente lamentable e inaceptable» y abogar por nuevas sanciones de la ONU. Sin embargo, las Fuerzas de Auto Defensa (Ejército) niponas no llegaron a recibir la orden de destruir el cohete que se hubiera emitido en caso de haber supuesto una amenaza a su territorio.

Para ello, solicitó una reunión urgente del Consejo de Seguridad, que se espera tenga lugar de forma extraordinaria este mismo miércoles.

La operación de hoy, que para Seúl «profundizará el aislamiento de Corea del Norte», suscitó incluso el rechazo de China, principal aliado y benefactor del régimen de Kim Jong-un, al que Pekín instó a respetar las resoluciones de la ONU.

El Gobierno chino, al mismo tiempo, pidió a todas las partes implicadas en la región mantener «la cabeza fría» para evitar una escalada de tensión en la península coreana y advirtió de que el Consejo de Seguridad debe reaccionar de forma «prudente y moderada» para mantener la paz y la estabilidad.

Para Estados Unidos, que el pasado abril suspendió un acuerdo de asistencia alimentaria a Corea del Norte por un fallido intento de lanzar un cohete similar al de hoy, esta última «grave provocación» de Pyongyang es una amenaza para la seguridad regional.

Ban Ki-moon o la Unión Europea también se han sumado a las críticas al régimen norcoreano. El secretario general de la ONU deploró el «desafio» del país comunista y la UE advirtió sobre posibles medidas

El pasado abril, el Consejo de Seguridad de la ONU ya reforzó sus sanciones contra Corea del Norte con restricciones a tres empresas estatales, como respuesta al fallido lanzamiento efectuado entonces.
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