La dolencia reumática más frecuente entre los menores de 15 años es la artritis idiopática juvenil, que causa inflamación articular. La ecografía es la técnica clave para detectar y tratar lo antes posible este tipo de trastornos, evitando daños y secuelas Cuando alguien escucha la palabra ‘reuma’ inevitablemente la asocia con los achaques del cuerpo que llegan con la edad avanzada, pero esta dolencia afecta también a los niños y a los jóvenes.
Según estimaciones de la Sociedad Española de Reumatología (SER), que estudió el problema, 7.500 menores de 15 años sufren en ese país una enfermedad reumática, en un fenómeno similar al de otros países occidentales. La más frecuente es la artritis idiopática juvenil (AIJ), que reúne varias formas clínicas que cursan con inflamación articular crónica y que puede conducir a daños estructurales e incluso discapacidad.
Dentro de los siete subtipos de la AIJ el que se presenta con más frecuencia es la oligoartritis, una inflamación articular que afecta a más de una y menos de cinco articulaciones, cuyos pacientes pueden variar entre periodos de exacerbación aguda y otros prácticamente asintomáticos.
No obstante, en sus formas oligoarticular y poliarticular, esta oligoartritis evoluciona hacia la cronicidad en la edad adulta, en el 40 al 50% de los pacientes.
A la AIJ le siguen en frecuencia las enfermedades autoinmunes, como el lupus eritematoso juvenil, cuya presentación en edades tempranas marca un peor pronóstico que en el adulto, así como las vasculitis y males inflamatorios, que son patologías propias de la edad pediátrica.
Hasta hace pocos años existía un importante infradiagnóstico de las enfermedades reumáticas en la población infantil, pero esta situación ha mejorado con la incorporación de pruebas diagnósticas como la ecografía musculoesquelética.
Esta prueba, que permite confirmar de forma rápida la existencia de inflamación articular y periarticular, se ha convertido en una técnica de imagen clave y muy eficiente para la detección precoz de estas patologías, que se calcula afectan a uno de cada mil niños.
La detección temprana permite instaurar lo antes posible un tratamiento adecuado e individualizado que evite graves daños y secuelas que se pueden prolongar hasta la edad adulta, según destacan los especialistas. Esta técnica permite valorar varias articulaciones en una misma sesión, puede utilizarse como guía durante los procedimientos locales y posibilita realizar exploraciones repetidas para monitorizar la evolución de la enfermedad y la respuesta terapéutica.
En Alemania hay unos 40.000 niños afectados por inflamaciones articulares, acompañadas de fuertes dolores, pérdida de movilidad y hasta de la vista, según el el Centro de Reumatología para Niños y Adolescentes de Baviera,
Fuente: http://www.eldia.com.ar/edis/