Mediante un trabajo entre el INTA y el Instituto ENERI, especialistas se capacitan en cirugía experimental con porcinos y desarrollan nuevas técnicas que reducen las secuelas de los ataques cerebrovasculares. Una práctica para tratar la segunda causa de muerte en Argentina. Posadas, Misiones | NDN | Desde hace 15 años, el INTA y el equipo de Pedro Lylyk, director del Instituto Médico ENERI y referente internacional en neurocirugía, realizan prácticas quirúrgicas en porcinos que permiten mejorar las técnicas de intervención ante ataques cerebrovasculares (ACV). Mediante ensayos de trombectomía en cerdos, es posible extraer mecánicamente los coágulos que obstruyen las arterias e impiden el paso de la sangre al cerebro.
“Gracias a estas técnicas, se puede ampliar el tiempo que transcurre desde los primeros síntomas y hasta las siguientes ocho horas, el margen de tiempo en el cual el tratamiento puede disminuir el impacto y el daño”, explicó Lylyk, quien destacó que “esto no hubiera sido posible sin la colaboración estrecha que tenemos con el INTA. El rol del Estado al permitirnos usar sus instalaciones y ha sido enriquecedor para ambos y, claramente, hay un solo beneficiario: el paciente”.
Más conocido como stroke o ACV, el ataque cerebro vascular es la segunda causa de muerte y primera de discapacidad en la Argentina, donde se producen unos 120.000 casos por año, de los cuales un 30 y 40% registra secuelas graves. Por minuto, en cada uno de estos ataques, se mueren casi dos millones de neuronas.
“El ACV es una emergencia médica que debe ser tratada en forma rápida para evitar que el daño se instale progresivamente”, sostuvo Lylyk.
Para el neurocirujano, la interacción entre los dos institutos “permite mejorar todas las tecnologías disponibles, probar primero los dispositivos en modelos animales, para poder testearlos y garantizar su efectividad y seguridad”.
La vinculación interinstitucional se basa en una serie de intervenciones quirúrgicas desarrolladas en los laboratorios del INTA, mediante técnicas de tratamiento vía indovenosa, no invasivas, aplicadas sobre cerdos y en función de los protocolos internacionales de bienestar animal.
Con ensayos de trombectomía en cerdos, es posible extraer mecánicamente los coágulos que obstruyen las arterias e impiden el paso de la sangre al cerebro.
Guillermo Berra, especialista del Instituto de Patobiología del INTA y coordinador del equipo de fisiología y cirugía experimental que trabaja junto al ENERI, dijo que el objetivo de esta vinculación es “entrenar y capacitar a los nuevos profesionales en el desarrollo de tecnologías que puedan ser aplicadas directamente en el tratamiento de seres humanos que hayan sufrido ataques cerebrales”.
El equipo del INTA participa del “cuidado de los animales, los controles clínicos antes de que entren en cirugía, los actos anestésicos y el postoperatorio en los casos que el proyecto lo amerite”.
“Es un sistema en el que todos ganamos”, afirmó Berra, quien explicó: “¿Por qué el INTA hace esto? Porque es útil a la sociedad. Nuestra institución es polifacética y, fundamentalmente, hace cosas que sirven a la gente. Y es bueno saber que en la Argentina tenemos calidad de profesionales del más alto nivel profesional”.
Cabe mencionar que desde hace 30 años, el INTA trabaja con instituciones médicas en cirugía experimental practicada sobre animales como es el caso de la colocación de corazón artificial desarrollada con el equipo del doctor Domingo Liotta , cirugías cardiovasculares, trasplantes de órganos y cirugías cardíacas con especialistas como el doctor Federico Benetti y el doctor Juan Carlos Parodi.
http://eco.nearural.com/ampliar.php?id=20219