Después de que “Ojitos” Prola cayera detenido, su mujer se fue a vivir con Daniel “Facherito” Luque (23). Pero Prola se fugó y, cuentan en su entorno, la mujer volvió con él. Ella se llevó la plata de los robos de Luque y lo dejó solo.
Entonces, “Facherito” regresó a Fuerte Apache, a los dos departamentos que su familia tiene en el monoblock 14, donde el miércoles la Policía hizo un allanamiento que terminó trágicamente: el ladrón se quitó el precinto con el que lo habían maniatado y mató al sargento Luis Alejandro Cejas (27), aunque él también murió cuando un agente le disparó.
Hacía un año que “Facherito” había recuperado su libertad. El fiscal Marcelo Tavolaro, de la UFI 6 de Morón, había solicitado su detención para esclarecer un robo calificado que había sufrido una familia en su casa de la localidad de Villa Sarmiento, Haedo.
“Facherito era chorro. Nada que ver lo que dijeron en la televisión. No era narco”, le dijo a Clarín uno de sus amigos. El siempre andaba por los monoblocks 12 y 14. A la noche se lo veía fumando marihuana y, a veces, armado, mostrando cadenas de oro. Era de entrar al barrio con autos robados. Pero tenía el suyo, legal, con papeles. Había comprado un Fiat Duna. Los sábados le gustaba ir a Rescate , una bailanta de San Martín.
Cristian tiene su misma edad, vive en Capital y vivió más de dos años con “Facherito” en la cárcel de Ezeiza. Estuvieron en el Módulo IV, para jóvenes de 18 a 21 años. “Siempre decía que Gendarmería y la Policía le tenían bronca. Sentía que algún día lo iban a matar. Los pibes de Fuerte Apache que estaban con él también decían lo mismo”, le dijo a Clarín .
A “Facherito” le gustaba la cumbia colombiana. “Siempre ponía esa música en la cárcel”, dijo Cristian. Para sus amigos, su final fue a la medida de su historia de vida.
Fuente: Clarìn